martes, 12 de febrero de 2013

FORO 14: ¿CÓMO FORMAR AL PROFESORADO?: Una aproximación internacional

                                   Sara Fita Esteve (webmaster del Geoforo)

En la época en la que estamos, con sus convulsiones sociales y protestas por la petición de derechos, se hace necesario reflexionar y debatir sobre diferentes aspectos que marcan nuestro papel como ciudadanos o las causas de que esta condición social  esté en tela de juicio.

Y como no, la función social que tiene la educación. Es por ello que creemos que el papel del profesor es clave en este contexto… Pero, ¿Qué tipo de profesor es el que necesitan nuestros alumnos? ¿Está realmente preparado para saber afrontar los nuevos retos que aparecen en una sociedad compleja y saturada de información?

Esto nos hace, de nuevo, como ya hicimos al Foro 6, tener que reflexionar sobre las necesidades que tienen los docentes, y, por supuesto, los futuros docentes que están ahora en formación.

Por ello proponemos algunos interrogantes para debatir y construir colectivamente una opinión razonada: ¿cómo podríamos mejorar la formación inicial del profesorado en relación con los contenidos de Geografía e Historia? ¿Cuáles son las necesidades reales del profesor en sus primeros años? ¿Qué modelos existen en Iberoamérica que cumplen mejor las expectativas del futuro docente? ¿Estamos delante de una falta de organización universitaria o falta de conciencia respecto al papel del profesor?

Pero no sólo eso. La organización por etapas de los sistemas escolares nos hacen preguntarnos también: ¿para qué se van a formar los profesores? Es decir, ¿para qué niveles? ¿Por qué cambia tanto la formación de unos niveles a otros? ¿Por qué no hay una formación del profesorado conjunta? ¿Es una buena decisión? ¿Cuáles son los motivos pedagógicos que fundamentan esta decisión?

Para el inicio del debate proponemos la observación “objetiva” de la tabla comparativa entre los sistemas educativos de Brasil, Portugal, Colombia y España. Después incluimos una visión subjetiva, la visión de tres estudiantes al finalizar el Máster de Formación del Profesorado (UV) en su primera promoción, pero que puede que se generalizaren los sentimientos y razonamientos de generaciones posteriores. Por último hemos añadido las ideas más destacadas descritas en el Foro 6, tal como el profesor Per Císcar en su momento las sintetizó y que nosotros ahora resumimos, pues el conjunto de ellas se puede consultar en la sección del foro 6. Añadiremos, un resumen en castellano con las ideas principales, aunque invitamos a leer su texto completo para comprender mejor las ideas que quiso transmitir el profesor.

Invitamos pues a todos los futuros docentes así cómo a los que ya lo son, a participar en la mejora

Cuadros comparativos

Esta visión objetiva se llena de vida en las experiencias de las personas que se forman para ser profesores. El ejemplo de este resumen del artículo publicado en la revista Iber. Didáctica de las ciencias sociales, Geografía e Historia[1] quiere propiciar que otras personas cuenten, narren sus sentimientos y argumentos respecto a la formación inicial que se ha sintetizado en los cuadros anteriores. Nuestras reflexiones subjetivas nos permiten exponer lo que sigue.

Extracto íber
 
Por último queremos ofrecer algunas ideas que nuestro compañero docente, Josep Císcar del Instituto de Tavernes de Valldigna (España, Valencia), ha sistematizado de las diversas opiniones aparecidas en el Foro 6. Dado que él ha ofrecido sus argumentos en catalán, manifestando la diversidad de situaciones culturales en Iberoamérica, se ha respetado su forma de decir, para trasladar la voluntad firme del Geoforo Iberoamericano de pensar, reflexionar y vivir localmente (con el condicionante cultural y ambiental preciso) y actuar globalmente, desde la cultura universal a la que pueden acceder algunas personas, entre las cuales los profesores y profesoras estamos más capacitados. Aprovechar estas oportunidades es algo que deseamos desde el consejo de dirección del Geoforo Iberoamericano de Educación. Pese a ello, y dada la facilidad que para los bilingües nos supone traducir instantáneamente, ofrecemos la posibilidad de leer un pequeño resumen también el castellano, aunque invitamos a la lectura de su texto original.


Estas reflexiones del profesor Josep Císcar, que se pueden leer completas en la sección correspondiente al Foro 6, nos muestran las preocupaciones que han sentido los profesores de Secundaria cuando han colaborado en la formación docente desde su experiencia en un grupo de innovación. Entendemos que esta premisa es básica, aunque no sea compartida por otras personas: para formar en la docencia futura es preciso disponer de experiencias de innovación didáctica en las aulas de la educación básica (Fundamental, Básico, Primaria, Secundaria). La ausencia de esta praxis no puede ser sustituida con lecturas. Es preciso haber vivido y comprometerse con las innovaciones para empatizar con las dificultades que aparecen en los momentos en que intentamos mejorar la enseñanza desde la práctica.

 

 



[1] CÍSCAR, J.;FITA, S.; FONFRIA, J.; GALÁN, O.: “Formación del profesorado  e innovación educativa” en Revista Iber-68. Ed. Graó. Abril, 2011, pp 65-73.
 

96 comentarios:

  1. Hola, soy Ana María Ribes, alumna del Máster de Investigación en Didácticas Específicas. Aunque hay mucho que comentar al respecto, yo quiero hacer una aportación desde una experiencia personal que tuve el otro día entrevistándome con una profesora de Educación Secundaria Obligatoria y que, a todas luces, me parece un tema clave que también se vincula a este aspecto: ¿depende únicamente la innovación de la formación del profesorado? Yo creo que no, nos encontramos con muchos más obstáculos al respecto.

    Esta profesora es ya veterana y por tanto, no ha recibido una formación "innovadora", pero está concienciada con ella. Sin embargo, me confesó que se ve disuadida y desmoralizada por la actitud de los compañeros de trabajo, de departamento, e incluso por los alumnos. Durante mucho tiempo aplicó la innovación en el aula mediante materiales que fomentaban la inducción y el constructivimos -no trabajó con materiales de Gea-Clío sino con los de la editorial Octaedro-, pero, con los años, se ha visto obligada a abandonarlos y a resignarse al uso de la editorial Vicens Vives, donde, según palabras textuales, "aquí ya tienes todo el pescado vendido". Es decir, conocimiento terminado, acabado y listo para transmitirse sin más.

    La no colaboración de los compañeros ni del centro se refleja en la resistencia de los alumnos a seguir un método y una pauta que luego no se repite en otros cursos ni en otras asignaturas, dejando al profesor innovador aislado y sin recursos. En ese sentido, aunque la "vocación innovadora" -por llamarla de alguna manera- no esté necesariamente ligada a la formación del profesorado, es evidente que hay que marcar pautas y suscitar actitudes generales en ésta, para que el interés por la innovación y la enseñanza-aprendizaje sean generales y no cosa de unos pocos profesores que pueden acabar desmoralizados y aislados por la no comprensión ni colaboración de su entorno profesional más inmediato.

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  2. Penso que na formação de História e Geografia, falo pela minha experiência e de amigos, falta um contato maior, uma grade horária maior de disciplinas pedagógicas que sejam referentes realmente ao ensino de História, Geografia. Em minha formação eram disciplinas estanques. As que se referiam ao ensino falavam em um contexto generalista e as referentes aos conteúdos históricos não tinham relação com o ensino. Consegui fazer essa junção no curso de Pedagogia que consegue relacionar ensino e disciplinas específicas, principalmente nas disciplinas de História e Geografia.
    Abraços!
    Rejane T. Guimarães
    Bel. e Licenciada em História (FCHSF - UNESP)
    Graduanda em Licenciatura em Pedagogia (FFCLRP - USP)
    GRUPO DE ESTUDOS DA LOCALIDADE - ELO / FFCLRP / USP,
    Brasil.

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    1. Cara Rejane e demais leitores,

      Também tive esta experiência de sentir que faltava algo em minha formação, as disciplinas pedagógicas traziam referenciais muito distantes a realidade atual ou tinham foco muito teórico. Outro problema, que na minha opinião é o maior, é a transição de conteúdos acadêmicos para conteúdos escolares, a adaptação de assuntos muitas vezes complexos para determinadas faixas etárias e para diferentes níveis de aprendizagem, na minha opinião isto deveria ser ensinado por todas as disciplinas e não apenas pelas chamadas pedagógicas.
      Abraços,
      Josiane P. Etelvino

      Professora de Geografia da SEESP- Secretaria de Educação do Estado de São Paulo- Brasil
      Membro do NEPPs- UNESP- Franca(Núcleo de Estudos em Políticas Públicas http://dgp.cnpq.br/buscaoperacional/detalhegrupo.jsp?grupo=03307098KU1BNW )

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  3. Acredito que a proposta de reflexão sobre as questões que envolvem a formação inicial em relação aos conteúdos do ensino de História e Geografia, para os professores dos anos iniciais, são muito necessárias.
    O curso de Pedagogia que frequento, na Universidade de São Paulo, oferece disciplinas que se dedicam aos estudos do Ensino e História e Geografia, são elas Metodologia do Ensino de História e Geografia e Ação Pedagógica II (está dedica-se à estágios e práticas do ensino em História e Geografia)
    Porém a carga horária destinada a esse conteúdo ainda é pequena e insuficiente. A formação daria um grande salto em sua qualidade com uma carga horária maior dedicada ao Ensino de História e Geografia.
    Abraços.

    Thais A. C. de Azevedo
    Graduanda em Licenciatura em Pedagogia (FFCLRP - USP)
    GRUPO DE ESTUDOS DA LOCALIDADE - ELO / FFCLRP / USP,
    Brasil.

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  4. Hola amigos del Geoforo. Tengo un gran aprecio por la lengua española, sin embargo, voy a elegir mi idioma nativo para evitar deslises adicionales.
    Sou aluno no Mestrado em Educação da Faculdade de Filosofia Ciências e Letras de Ribeirão Preto – FFCLRP, na Universidade de S. Paulo – USP, e membro do grupo ELO/USP.
    Sobre a formação de professores (que não é a única questão, mas essencial para a melhoria da educação), o modelo dos estágios (como denominamos no Brasil) deve ser repensado. Nossos cursos que formam professores geografia e demais ciências (chamados de licenciaturas) costumam oportunizar o acesso a um bom arcabouço teórico da área específica. Por exemplo, um aluno que curse a licenciatura em história, estuda a teoria da história, os diferentes períodos históricos, etc. Há poucas disciplinas voltadas à didática e a área pedagógica. O estágio seria o momento no qual os futuros professores poderiam ter seu primeiro contato com a realidade escolar, e construir articulações entre teoria e realidade. Mas, em geral ocorre que as escolas não têm profissionais preparados para acompanhar os estagiários e suas demandas, oferecer uma interlocução reflexiva da realidade escolar. Não raramente escutam palavras pessimistas dos profissionais desapontados, que acreditam que a desmotivação dos seus alunos é causada por suas famílias, realidade impossível de ser mudada. Há ainda, a descrença dos alunos neles mesmos, se acham incapazes para aprender, e por isso, indisciplinados. Nesse contexto, muitos alunos das licenciaturas desistem da carreira docente.
    Incluo-me (humildemente) entre aqueles que buscam superar cotidianamente tais dificuldades, e quero mencionar uma experiência que tem dado certo, a chamada “Residência Docente”, um programa inspirado na residência médica, um tipo de estágio, no qual os estudantes de medicina assumem atividades práticas, de complexidade mínima, como um atendimento clínico elementar, no qual têm o suporte de um profissional mais experiente. Nunca toma frente em uma cirurgia cardíaca.
    Porém, um estudante de licenciatura, ou professor recém-formado, geralmente tem que assumir (sozinho), aquelas aulas que os professores veteranos não querem, por diversas razões como turmas com grandes dificuldades de aprendizagem, muito desafiadoras, que exigem a preparação de aulas diferenciadas, algo que demanda muito trabalho, esforço e criatividade. Uma lógica avalizada pelo sistema escolar, onde o professor em formação inicial se arriscar a fazer aquilo que seria mais factível a um profissional mais experiente, que já conheça as demandas específicas dos alunos. Muitos licenciandos ficam traumatizados já no primeiro contato.
    A “Residência Docente” busca sanar esse tipo de problema, para que o futuro professor consiga, desde a formação inicial articular teoria e prática, criticando sua prática à luz de um referencial teórico, de modo que, teoria e prática se aperfeiçoam indefinida e mutuamente.
    Finalizo afirmando ser privilegiado, pois minha trajetória foi marcada já na formação inicial, pelo esforço de articulação entre teoria e prática. Ingressei no grupo ELO, ainda quando cursava o segundo ano da licenciatura em História. O grupo estava produzindo o Atlas Histórico, Geográfico e Ambiental de Ribeirão Preto-SP, e o convênio da USP com o Centro Universitário “Br. de Mauá” (onde eu cursava) possibilitou-me participar, da pesquisa e construção do Atlas, e o mais importante iniciar minhas reflexões sobre as diversas possibilidades (epistemológicas e didáticas) da atuação docente. É uma construção coletiva, que se dá por meio da interlocução entre professores que atuam no Ensino Básico, estudantes das áreas da pedagogia, geografia e história, articulando referenciais teóricos (das diferentes áreas envolvidas nas produções do grupo) e práticas de ensino, uma espécie legítima, de residência docente.
    Saudações a todos!

    José Faustino de Almeida Santos
    Mestrando em Educação - DEDIC / FFCLRP / USP
    Membro do Grupo ELO / LAIFE / FFCLRP / USP
    Prof. Educação Básica II – SESP

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  5. Me ha gustado mucho las intervenciones de los colegas del grupo ELO de São Paulo. En consonancia con lo que destacaba Ana María en la primera intervención creo que destacan algunos elementos básicos de la formación del profesorado para
    a)romper el aislamiento individualista del profesorado en sus aulas. Ello es lo que impide muchas veces una reflexión crítica del saber profesional
    b)la exposición estanca de los contenidos de Geografía e Historia, que además yo entiendo desligados de toda justificación epistemológica, para centrarse en la exposición de hechos y conceptos. Algo que muestra que el conocimiento de las didácticas específicas es muy reciente y está marginada en los campos académicos
    c)La escasa relación de la formación del profesorado en las Universidades con las preocupaciones del docente en la vida cotidiana en las aulas de la enseñanza básica
    Por eso es preciso avanzar en el desarrollo de proyectos curriculares que puedan aunar, reunir, experiencias de innovación con el contraste de las investigaciones educativas.
    Un saludo
    Xosé M. Souto
    Geoforo

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  6. No sé si podrá tener relación con el interés iberoamericano del foro, pero la experiencia española comparada con Europa nos indica lo siguiente:
    1. En la mayoría de los países europeos, la formación o es complementaria (varios años de carrera universitaria monográfica para ser docente de secundaria en ciencias sociales) o es sucesiva: en este segundo caso, tras una formación básica en la disciplina referente (no más de tres años), la formación del profesorado se extiende durante dos años, no uno como sucede en España con el master
    2. La formación del profesorado exige una mayor orientación práctica, reforzando esa relación entre formación inicial y preocupaciones del docente de los que habla Xosé. A este respecto, Francia va a cambiar su modelo de formación de tal modo que el segundo año del máster será retribuido, como una figura de funcionario en practicas, siguiendo el modelo de PIR o residencia docente que cita Faustino
    3. Resulta indispensable una formación centrada en unidades didácticas, metodologías variadas de tipo activo e inductivo (Inquiry Based Learning), nuevas tecnologías, etc.
    4. Cada vez tengo más claro de que debería integrarse algún tipo de formación del tipo ética y deontología de la profesión docente que sirviera de base para introducir al futuro docente en cuestiones como su compromiso con la innovación-investigación (reflexión crítica del saber profesional), su compromiso con las finalidades de la educación en ciencias sociales (competencias sociales, ciudadanía, etc.)

    Rafael de Miguel
    Profesor de Secundaria de Geografía e Historia
    Coordinador de esta especialidad en el Master de Profesorado en Secundaria. Universidad de Zaragoza

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  7. Buenos días,
    Comparto la visión del profesor Rafael de Miguel. De hecho, los modelos citados son unas buenas vías de cambio que permitirían al futuro profesor conseguir una mayor formación así como poder elegir antes su salida profesional.
    Me gustaría aprovechar este foro para poder manifestar que tenemos que estar orgullosos de ser docentes. Es muy común la visión, al menos en el caso de las ciencias sociales, que la sociedad crea que , una vez terminada la carrera somos docentes porque no hay otra cosa. NO! Somos docentes porque lo queremos ser y por ello queremos estar bien formados, para poder sacar lo mejor de nosotros y que pueda llegar a nuestros alumnos. No se puede dejar nuestra formación como un complemento o en una serie de cursos para hacer puntos y sacar dinero. Tiene que ser una formación real que cumpla con todas nuestras necesidades. ¿Por qué no permitir desde un principio que quién quiera ser profesor se forme desde su primer año universitario?

    P.D: Gracias por las intervenciones. Son muy interesantes.
    Sara Fita
    Webmaster Geoforo

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  8. En estos momentos de desorientación y crisis social, económica y ética, se hace preciso definir los principios educativos que desarrollen el análisis de las relaciones individuales en la sociedad.
    La didáctica de la geografía e historia es una herramienta útil si somos capaces de relacionar su contenido con los problemas y expectativas que aparecen en los centros escolares y en los pensamientos de las personas que forman parte de la comunidad escolar.
    Las concepciones del tiempo histórico y del espacio geográfico nos permiten elaborar explicaciones bien fundamentadas en los datos que percibimos desde las emociones de agrado/desagrgado.
    La formación del profesorado en estos momentos es estratégica, pues se necesita recuperar la percepción del tiempo futuro para construir un espacio público en el que podamos comunicar nuestras intenciones y proyectos.
    Desde el geoforo Iberoamericano animamos en esta tarea y colaboramos desde nuestras ideas, argumentos, conceptos y emociones.
    Xosé M

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  9. Al filo de lo que hasta ahora se ha expuesto y a falta de una lectura más atenta me gustaría apuntar algunas ideas que me vienen ahora mismo en relación con el tema tratado.

    En primer lugar pienso que no es fácil a priori saber cual ha de ser la formación de un profesor/a, y no solo porque los tiempos y las necesidades son cambiantes, sino porqué también hay distintos tipos de profesores y en cierto momento, cada uno de nosostros/as adopta un rol diferente en función de las situaciones, los objetivos, los alumnos..y nuestro estado de animo, porque no? Es decir posiblemente una de nuestra mejores cualidades haya de ser precisamente la versatilidad. Y es en ese sentido que tal vez a la hora de formar profesores, de igual modo que decía Hobsbawm sobre el marxismo, mas allá de dogmatismos, lo importante es aprender a saber hacerse las preguntas correctas. En nuestro caso, mas allá de formaciones dogmáticas seria enseñar a los profesores a hacerse también las preguntas correctas sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, a hacer los análisis adecuados...para luego responder de manera eficaz adoptando el rol de profesor que mejor convenga y las estrategias que sean necesarias.

    Por otra parte, hace poco leía en un articulo sobre el “fracaso escolar” y posibles soluciones -el autor, por cierto, no precisaba en que consistía ese fracaso- que una cuestión importante de la profesión docente era la famosa y recurrida vocación, entendida en el sentido de una especie de fe o religiosidad, como que al profesor le tiene que “gustar” dar clase. En relación a este tema opino, que, si de alguna manera la “vocación” ha de ser un elemento clave del profesorado, esta también ha de ser susceptible de formación en la medida que hay que entenderla, mas allá de esa “fe”, como el deseo de analizar de forma crítica la realidad, tener una voluntad transformadora, querer aprender a motivar al alumnado, creer en la escuela pública y en definitiva, ser honesto/a en y con nuestra actitud docente. Que esa actitud no sea contraria a nuestra forma de pensar la sociedad ni a nuestra manera de comportarnos dentro del centro.
    Pep Císcar
    Professor Tavernes Valldigna

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  10. Hola participantes en el Foro 14,

    Creo que tan importante como la formación inicial de los docentes es también un maestro de educación continua, este tipo de formación es a menudo abandonados por sus propios maestros por falta de tiempo y dinero y pocos sistemas educativos nacionales alientan o de manera permanente programas de educación. La educación continua es una construcción personal de cada profesional y es una combinación de experiencia y actividades académicas (investigación, participación en conferencias, simposios, etc.), Pero la carga de trabajo y bajos salarios a menudo impiden que el profesor continúe su formación con calidad académica.
    Otro problema es la calidad de los programas de capacitación ofrecidos a los maestros de las escuelas públicas en Brasil la mayoría de estos programas se centra en enseñar sólo la práctica y no el estudio de un profesional (maestría y doctorado), son cursos cortos en general certificados sin valor académico. Ha La necesidad de programas de educación continua para los profesores que cubren todos los maestros en varias líneas de investigación, así Asala aula puede convertirse en un "laboratorio" de nuevas prácticas docentes, para que los maestros y estudiantes están más motivados para intercambiar experiencias positivas aprendizaje.

    Saludos cordiales,

    Josiane Paula Etelvino-Brasil
    josianeetelvino@gmail.com
    Profesor de Geografía SEESP Secretario de Educación del Estado de São Paulo
    Miembro del grupo de investigación NEPPS-Centro de Estudios en Políticas Públicas de la UNESP-São Paulo Universidad Estatal.

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    1. El comentario de Josiane Paula es muy importante para la mejora del sistema educativo. En España hemos constatado que uno de los factores del avance en la innovación e investigación en didácticas procede de la implantación de los Centros de Profesores en los años ochenta del siglo pasado.
      En estos centros se producía un avance significativo de la formación docente, pues los profesores acudían no sólo a reciclarse en los contenidos básicos de sus disciplinas o de ciencias de la educación, sino sobre todo a compartir experiencias razonadas de trabajo en las aulas de Educación Básica y Fundamental.
      La valoración de los Centros de Profesores se ha empezado a realizar y espero que puedan confirmar empíricamente lo que anoto. Pero además mostrarán los miedos y recelos de las administraciones que no desarrollaron como se proyectó la participación del profesorado en la gestión de dichos centros de profesores a través de los consejos directivos.
      Las publicaciones y el desarrollo de programas de innovación ha sido fructífero, si bien cuando las administraciones entendieron que estos centros debían cumplir con la divulgación burocrática de sus propuestas los estímulos del profesorado decayeron. Son aspectos de un proceso que peuden ser muy útiles en Iberoamérica.
      Un saludo
      Xosé M. Souto

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    2. Caro Xosé M. Souto e demais participantes do GEOFORO,
      Infelizmente no Brasil não há centros de professores como na Espanha, a formação docente depende dos recursos e iniciativa dos próprios professores, alguns estados brasileiros tem programas de formação continuada, mas estes programas ainda se limitam a treinamento para aplicação do currículo escolar ou para lidar com situação-problema, como o bullying.

      Josiane Paula Etelvino-Brasil
      josianeetelvino@gmail.com

      Professora de Geografia SEESP Secretaria de Educação de São Paulo, membro do grupo de pesquisa NEPPS-Centro de Estudos em Políticas Públicas da Universidade do Estado de São Paulo UNESP- Brasil.

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  11. Estimados amigos e colegas do GEOforo,

    É evidente que temos que oferecer maior atenção às demandas da formação de professores.
    Volto a dizer que existem 5 aspectos essenciais para que o professor desempenhe com maestría sua função docente: 1 - conhecer a ciência que está ensinando; 2 - saber ensinar esta ciência; 3 - conhecer o aluno; 4 - conhecer o contexto social do aluno; 5 - ter personalidade.

    1. Não podemos querer exercer a docência em Geografia se não sabemos Geografia! Planejar uma aula que contemple as relações necessárias entre natureza e sociedade apenas não basta. É necessário que o professor de Geografia busque sempre mais apromorar seus conhecimentos e procurar estar presente nas discussões apitemológicas da Geografia, ao contrário de muito do senso comum, que afirma que o professor não é pesquisador. Precisamos cada dia mais contestar essa assertiva, pois somos pesquisadores por excelência!

    2. E saber Geografia unicamente não nos basta! É necessário saber ensinar Geografia! Então, estamos falando em metodologia de ensino. Podem existir vários sabedores e pensadores de Geografia em sala de aula, ocorre que metodologia de ensino se discute na formação inicial do professor e também deve ser alvo de nossa discussão na continuidade de nossas carreiras, no que chamamos de formação continuada.

    3 e 4. Outro aspecto relevante que deve ser pensado, em termos da formação dos professores é o fato - inegável - de que o mesmo deve conhecer seu aluno. Inegável que conhecer as peculiaridades de cada aluno torna-se praticamente impossível, na medida em que os professores possuem centenas de alunos por semestre/ano. Entretando, algo simples e que gera efeitos surpreendentes na relação professor-aluno é o fato de o professor estar ciente do contexto social no qual o aluno está inserido. Desta forma, podemos plannejar nossas aulas de maneira a que contemplem as necessidades individuais do grupo com o qual estamos trabalhando.

    5. Por fim, e não menos importante, torna-se necessário que o professor tenha personalidade e a exerça em sala de aula. Não devemos ser apenas "mais um". Devemos imprimir nossas características em nossas aulas, em nossos planejamentos.

    Desejando um ano de 2013 com muito trabalho, muitos estudos e muita saúde a todos,

    Prof. Victor Nedel
    Mestrando em Ensino de Geografia - Universidade Federal do Rio Grande do Sul - UFRGS - Brasil

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  12. Pensar na formação de professores de História e Geografia nos anos iniciais é extremamente importante, principalmente no cenário que vivemos hoje em nosso país (Brasil).
    Refletimos que a má formação destes nos anos iniciais e a falta de importância que essas disciplinas parecem ter na visão atual de nosso governo, seja algumas das causas para agravar ainda mais esse cenário. O trecho a seguir da autora Andrea Coelho Lastória (LASTÓRIA, A.C. A didática da Geografia e da História e a formação de
    professores. In: ASSOLINI. F.E.P.; LASTÓRIA, A.C. Formação continuada de professores: processos formativos e investigativos. Ribeirão Preto: Compacta, 2010), reforça o que apontamos:

    “Partimos do pressuposto de que atualmente, no Brasil, as políticas neoliberais estimuladas pelas agências de financiamento internacional (...) priorizam a ampliação de vagas (tanto na escola básica como no ensino superior) para atender as exigências e metas dos planos do governo. Os quais estão assentados na ‘produção’ de mão-de-obra para atender a demanda do empresariado industrial, ou seja, pautados na quantidade de vagas e não na qualidade do ensino. Políticas que focam em ‘produtos’ em vez de ‘processos’ formativos.”

    Se analisarmos o contexto social brasileiro, observamos que a nova proposta para o currículo é de excluir o ensino de História e Geografia nos anos iniciais e
    inserir apenas 10% dessas matérias ao longo dos anos escolares. Se assim for, para que formar bons professores capazes de ministrá-las?
    Mesmo antes dessa proposta ser cogitada, já percebíamos a desvalorização de tais conteúdos em detrimento do ensino de Língua Portuguesa e Matemática, que são tidos como principais conteúdos dentro das escolas de ensino básico e como principais disciplinas dentro das avaliações em larga escala realizadas no país.
    A escola, em teoria, tem como objetivo educar seus alunos para a cidadania e para serem cidadãos plenos é necessário que eles possuam uma visão crítica da realidade, o que nos leva a necessidade do ensino de História e Geografia.
    Afinal, como é possível compreender e agir sobre essa realidade de forma consciente tornado-os meros depositários de um sistema educacional falido?
    A necessidade de uma boa formação para os docentes é evidente e emergente. Um professor bem formado pode influir de forma significativa na realidade dos alunos, assim alcançando o objetivo de que se tornem sujeitos ativos na sociedade. Para tanto, é necessário que primeiramente esse professor tenha claro as posições e conceitos que irá assumir.

    Bruna Barbieri, Carolina Batista, Danielle Silveira, Hanna Russo e Thais Bonareli.
    Graduandas no curso de Pedagogia - FFCLRP - USP. BRASIL

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    1. Coincido com o texto da Bruna Barbieri e na mesma linha podo sinalar este artigo que foi um produto do Geoforo:
      SOUTO GONZÁLEZ, Xosé M.; MORENO LACHE, Nubia, COELHO LASTORIA, Andrea. LA formación ciudadana en las sociedades tecnocráticas: una perspectiva crítica desde el Geoforo Iberoamericano de Educación, Investigación en la Escuela, número 76, 2012, páginas 67-78
      Esta revista pode ser consultada on-line e està editada polo Grupo IRES da Universidade de Sevilha, que forma parte tambem do Geoforo
      Entendo que os professores de Geogarfia e Història devemos ser moi combativos fronte ao ataque que se está a producir respeito á educação cidadaà básica, em especial ao desenvolvemento do espíritu crítico e autonomia de critèrio.
      Para isto fai falta reforçar os conteúdos desde a utilidade social para comprender os problemas do cotidiano. Na formação dos professores animamos a seguir definindo os processos explicativos que facilitam a explacação deste mundo incerto no que vivemos. A Geografia como campo de conhecimento é uma ferramenta imprescindível.
      Um saúdo
      Xosé M

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    2. Errata: Quando falamos da proposta de se excluir o ensino de História e Geografia do currículo,estamos falando somente do estado de São Paulo e não de uma reforma no currículo nacional brasileiro

      Bruna Barbieri, Carolina Batista, Danielle Silveira, Hanna Russo e Thais Bonareli.

      Graduandas no curso de Pedagogia - FFCLRP - USP. BRASIL

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  13. Estimados amigos do 14°foro,
    Os comentários do prof. Souto, Josiane e Victor, merecem destaque, tendo em vista as preocupações manifestas em relação à formação inicial e continuada de professores.
    No Brasil acompanhamos mudanças curriculares na educação básica e no ensino superior, mais especificamente em cursos de formação de professores, desde dos anos 1990.
    Fica evidente em diferentes políticas implementadas no país, a articulação entre as mudanças curriculares em diferentes níveis de ensino. Ao mesmo tempo em que o governo federal (ou estaduais) realizam reformas curriculares, assiste-se a mudanças nas orientações para o ensino superior destinado à formação de professores, com ampliação da carga horária dos cursos de graduação, mudança nas nomenclaturas das disciplinas e exigências no exame nacional de ensino superior.
    Diversas pesquisas apontam para a articulação entre as mudanças curriculares e o que se espera do desempenho dos alunos em exames nacionais (ENEM, ENADE) e internacionais (PISA). Exige-se do professor, desde a formação inicial, que saiba "aplicar" conteúdos e desenvolver temas recorrentes em avaliações externas.
    Em cenário de crise, como afirmou o prof. Souto, é necessário manifestarmos nossa resistência, reafirmando a importância da formação de professores, pautada em pilares que considerem os conhecimentos de área, o método e as metodologias específicas.

    Saudações
    Silvia A. Sousa Fernandes

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    1. Tal como fala a professora Silvia A. Sousa entendo que devemos manifestar a nossa resistência através da formação dos professores que incida na autonomia de critério para explicar os problemas sociais. Tanto a Geografia como a História são materias que permiten construir argumentos para comprender as mudanças e transformações sociais, que afetan ás pessoas individualmente
      Um saudo e que siga o debate
      Xosé M

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  15. Reciban un cordial saludo. Mi nombre es Alexander Cely Rodríguez y soy profesor de la Universidad Pedagógica Nacional en Bogotá D.C. - Colombia, pertenezco al Grupo de Investigación Geopaideia.

    Teniendo en cuenta algunas de las preguntas base del foro quisiera intervenir desde mi vivencia.

    ¿Qué tipo de profesor es el que necesitan nuestros alumnos?

    Hoy nos enfrentamos a una situación bastante curiosa, en Colombia hubo un cambio de Constitución Política en 1991, ya me había graduado como Licenciado en Ciencias Sociales (ya tenía el título de profesor), sin embargo me había formado con la Constitución de 1886; es decir había más de 100 años de diferencia entre una y otra y por supuesto algunas ideas habían cambiado. Hasta el 91 hubo una relación muy estrecha entre el Estado y la Iglesia Católica (Concordato), desde el 91 en Colombia hay libertad de cultos (sin embargo quedan muchas sombras del pasado); tanto la Ley de Educación Superior (Ley 30 de 1993) como la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994) permitió la participación de los estudiantes en el gobierno escolar, ellos tienen voz y voto en todas las decisiones que se tomen (en mi generación nosotros acatábamos, obedecíamos, no decidíamos); a partir de ahí muchas cosas continuaron cambiando, los estudiantes quieren participar en todo, eso está bien, pero en ocasiones nos preguntamos (aquellos formados en otros tiempos…) ¿hasta dónde los estudiantes tienen el sentido crítico para participar en todo?; ¿todos quieren opinar, todos quieren decidir?, pero hasta ¿hasta dónde están en capacidad de hacerlo?...

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  16. Alexander Cely (2).
    Nota remitida por A. Cely para el debate:
    Vuelvo entonces a la pregunta ¿qué tipo de profesor es el que necesitan nuestros alumnos?

    Uno que los ayude a formar para un mundo actual, para poder discutir, para poder opinar, para poder decidir […]; considero que lo primero que tenemos que hacer es formar a nuestros estudiantes desde el pensamiento crítico, donde la lectura [crítica] sea un elemento diario para la construcción del conocimiento pero así mismo que aprendan a escribir desde el análisis y reflexión de realidades, de vivencias, de una reflexión permanente sobre lo observado, lo descrito, lo analizado con anterioridad, la reflexión no es una opinión es volver sobre sí mismo, sobre su conciencia, sobre lo aprendido en su vida, y ahí podemos empezar a inferir qué han aprendido pero también qué hemos enseñado.

    ¿Está realmente preparado para saber afrontar los nuevos retos que aparecen en una sociedad compleja y saturada de información?

    Me pregunto entonces ¿qué información es la que me interesa?, ¿toda?; no en mi caso vuelvo entonces a mi formación, las Ciencias Sociales, la didáctica de la geografía, la reflexión sobre la educación geográfica […] En el mundo en que vivimos necesitamos entender una segunda lengua, tal vez una tercera, no necesitamos dominar todas las lenguas (no nos alcanzaría el tiempo y de verdad no sabemos cuánto nos queda), entonces la información que entendamos, la que tengamos acceso en entendimiento es la que necesitaremos la demás no la conocemos pues no la comprendemos, por supuesto quien más entienda los idiomas tendrá acceso a mayores datos, mayor información y posiblemente mayor conocimiento (mayor no quiere decir mejor).

    ¿Cómo podríamos mejorar la formación inicial del profesorado en relación con los contenidos de Geografía e Historia?

    Desde nuestra experiencia, tenemos que volver a enseñarles a leer, es la primera dificultad que tienen la mayoría de los estudiantes que llegan a primer semestre de las carreras de pregrado, las denominadas competencias comunicativas desde la abstracción, síntesis, comprensión, inferencia son bastante débiles, por supuesto los alcances hacia una lectura crítica son aun menores pero ese es nuestro reto […]
    Alexander Cely

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  19. No início do texto apresentado no fórum 14, observamos o levantamento de questões fundamentais a serem analisadas sobre a formação de professores em geral. Acreditamos que questões como "Mas que tipo de professor é que nossos alunos precisam? Como poderíamos melhorar a formação inicial de professores em relação ao conteúdo de Geografia e História? Quais as necessidades do professor nos primeiros anos?" devem ser discutidas, de forma a contextualizar as diversas realidades existentes, portanto devem ser analisadas no âmbito político, social, cultural e suas ramificações, ou seja, devemos levar em consideração as especificidades de cada local.
    No Brasil, mais precisamente no estado de São Paulo, há uma discussão sobre uma possível legitimação de um currículo proposto pelo governo do estado, a princípio a proposta aparece de forma velada e agora o governo legitima a postura indo na contra mão em relação aos estados vizinhos. A proposta é sobre o oferecimento de conteúdos de história e geografia nos anos iniciais. O governo do estado de São Paulo que retirar dos anos iniciais os conteúdos de história e geografia, fator este, que interfere diretamente na formação do professor, precisamente do pedagogo, além de é claro, influenciar na formação dos alunos nos anos iniciais.
    Pensamos em levantar algumas das consequências para os alunos e para a formação dos PROFESSORES DOS ANOS INICIAIS com a legitimação deste currículo no estado de São Paulo. Se tal proposta for legitimada, é possível que a qualidade do ensino particular seja superior a qualidade do ensino público, pois o currículo das escolas públicas será alterado diretamente, entretanto o das escolas particulares não necessariamente sofrerá alguma alteração. Assim o ensino público, no caso da legitimação desta proposta, em nossa perspectiva, forneceria uma formação inicial precária se o compararmos com o ensino de uma escola particular, a qual terá desde a formação inicial conteúdos de história e geografia.
    Regularmente as crianças do ensino público realizam uma "provinha", esta aplicada pelo o Estado, chamada SARESP. Esta prova engloba apenas os conteúdos de PORTUGUÊS e MATEMÁTICA, sendo que as escolas que adquirirem maior pontuação na prova recebem um benefício do Estado. Neste contexto podemos perceber como uma prova externa pode influenciar tanto os movimentos da escola pública do estado de São Paulo, pois além de determinar os conteúdos a serem ensinados, estes conteúdos são ensinados com o intuito de fazer o aluno "tirar nota" no SARESP para que assim a escola adquira determinado benefício. Portanto observamos a criação de escolas que giram entorno do capital em função do capital e não mais escolas cuja função é oferecer aos alunos os conhecimentos produzidos pela humanidade, formar cidadãos responsáveis, mas para rankings e até formar cidadãos mais fáceis de serem manipulados, sujeitos alienados.
    Por fim, acreditamos que pensar na formação de professores envolve uma série de fatores que devem ser levados em consideração, como por exemplo, o campo de atuação do professor, finalidade da escola em que atua (seja pública ou privada) apoio do Estado (nação). É essencial que movimentos sejam feitos para assegurar o direito a uma educação de qualidade e que todos os alunos tenham acesso aos conhecimentos desde a sua entrada na escola, e não fiquem restritos a uma classe ou a um período.

    Daian Ribeiro, Guilherme Cegana, Laísa de La Corte, Manoela Gonçalves e Rafael Stein

    Graduandos no curso de Pedagogia - FFCLRP - USP. BRASIL

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  20. Quisiera agregar algunas ideas a las planteadas por el profesor Cely desde Bogotá
    Creo que todas las intervenciones del foro coinciden en que la formación del profesorado no es una cosa, menor, es una asunto de suma importancia que repercute directamente en la calidad educativa de los establecimientos de todos los niveles de formación. Considero que hay dos cuestiones centrales que deben ponerse sobre el tapete en la discusión:
    1. La orientación que dan las facultades de educación a la formación de los futuros licenciados, urge una formación que logre equilibrar teoría y práctica, es decir una rigurosa formación disciplinar, pero también un conocimiento vivencial de la realidad de las instituciones educativas y de sus condiciones de funcionamiento
    2. La concepción de escuela y de educación que tienen los maestros en formación y en ejercicio, maestros dispuestos a romper con los paradigmas en los que se ancla la escuela tradicional, con muchos deseos de diseñar e implementar innovaciones educativas, desde las necesidades de las comunidades.
    A lo anterior quiero apuntar que en el caso colombiano lo que han demostrado algunos estudios realizados, es que una parte considerable de los maestros de primaria y secundaria que ingresan la licenciaturas lo hacen porque no encontraron cupo en otras carreras, a esto se suma un fenómeno nuevo, ante las altas tasas de desempleo y ante la posibilidad de “un trabajo estable”, en los últimos años muchos profesionales, ingenieros, antropólogos, economistas, abogados, se han vinculado al magisterio, si bien hay experiencias exitosas de la vinculación de estos “otros “ profesionales a la educación, algunos datos de FECODE ( Federación Colombiana de Educadores ) indican que muchos abandonan la labor antes de una año, o continúan trabajando ante la imposibilidad de ejercer el campo en el que fueron formados, lo que se ha querido señalar, es que hay que en un debate como el que nos ocupa, además de contemplar las habilidades que profesionales que deben tener los maestros, también se debe tener en cuenta sus motivaciones y sus condiciones de vinculación.
    Nancy Palacios Mena
    Estudiante de doctorado en ciencias sociales niñez y juventud
    Profesora de la licenciatura en pedagogía infantil
    Profesora de ciencias sociales de secundaria

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  21. Atualmente a Educação está direcionada a um novo contexto social e político, desse modo está influenciando a Educação para uma nova tomada de postura do profissional, o professor.
    O papel do professor não está mais pautado em uma educação controladora e conteudista, a visão que se aplica nas escolas é de um professor mediador e que promova desafios educacionais para as crianças dos novos tempos. Não se pode mais lecionar deixando de levar em conta as avalanches de informações que são captadas pelos alunos dia a dia.
    As novas tecnologias invadiram as escolas e cabe ao professor selecioná-las para a utilização em sala de aula. O papel social da escola também visa à busca de uma nova formação profissional e também de uma nova organização nas escolas, torná-las instituições de ensino e não mais mantê-las apenas como organização escolar, regularizada de forma verticalizada.
    O ensino de História e Geografia necessita passa para por uma postura em que consiga abranger caminhos relevantes para uma aprendizagem significativa e, parte da premissa de que a História e a Geografia são peças fundamentais para completar o papel alfabetizador que a escola tanto abraça. O ensino de História e Geografia vai além de ensinar os mapas e as datas históricas, ele auxilia na progressiva extensão das produções discursivas para tornar o aluno mais crítico e reflexivo.
    Assim, a consciência e o respeito ao profissional da Educação deve estar presente no momento de formação. A integração entre prática e teoria necessita fazer parte da formação profissional para que o professor tenha a oportunidade de refletir sobre o ensino e a melhor maneira de conduzi-lo. O professor bem orientado saberá olhar para a prática do ensino e para as reais necessidades dos alunos.
    Beatriz Borges
    Marina Giraldi
    Marina Scarelli
    Rita Constantini
    Thaís Marques
    FFCLRP-USP-Brasil

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  22. Sabemos que não existe uma fórmula mágica para formar professores , porém existe, a necessidade de melhorar a capacitação desse profissional, pois o papel do professor vai além de transmitir conhecimento ,aí que está o nosso desafio.
    São muitas perguntas a serem respondidas, mas a mais interessante é , para que o professor ideal tem que estar preparado? Pois, tudo muda o tempo todo, a sociedade está sempre em transformação, as tecnologias mudam, o trabalho, a comunicação, a vida cotidiana e até mesmo o nosso modo de pensar, devido essas mudanças , convém reforçar a preparação do professor para uma prática reflexiva para a inovação e a cooperação. Fica a pergunta, nesse contexto social em transformação, a escola pode ficar imutável?
    Ainda é uma lacuna a melhor maneira de se preparar um professor. É preciso rever a grade curricular do curso, dando prioridades para disciplinas que serão úteis no dia-a-dia da profissão, que não é fácil e o professor, muitas vezes, precisa se desdobrar para poder dar aula, devido à falta de recursos e condições precárias da instituição e do sistema.
    O pedagogo é um professor multifacetado, por isso tem que ser preparado para ministrar um pouco de todas as disciplinas e ainda ser criativo para conseguir fazer a interdisciplinariedade.
    Percebemos que ainda faltam alguns melhoramentos no currículo, como por exemplo a carga horária da disciplina de metodologia do ensino de História e Geografia, que ao nosso ver, parece ser muito pequena pela quantidade de conteúdo que poderíamos ver. Desta forma, como futuros educadores, nossa formação depende de um currículo mais amplo que consiga corresponder minimamente com as necessidades de uma boa educação, que possa garantir aos nossos alunos o direito (que muitos não tiveram), de compreender melhor o mundo e através disso, que eles possam desenvolver um olhar crítico-reflexivo acerca das questões que o cercam. Bem sabemos como História e Geografia, assim como todas as demais disciplinas, são importante para a construção do que somos, enquanto sujeitos inseridos numa sociedade, é a partir delas que podemos nos debruçar e tentar entender: O que?, O por quê?, Quais os interesses? Em que situação?, Contexto?, tais atitudes moviam o mundo em determinada época, para que assim, tentemos propor futuramente, melhores soluções. Infelizmente quem tem melhores condições financeiras, é quem tem maior acesso ao capital cultural, enquanto alunos de educação, temos que tentar reverter esse quadro, parte das mudanças estão em nossas mãos, cabe a nós lutarmos por melhoras.

    Désirée Betinardi, Isabela Censi, Jassirene Costa, Kátia Priscila e Luciana Micheletti

    FFCLRP - USP - BRASIL

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  23. Analisando os contextos social, político educacional brasileiro é fundamental refletir sobre a formação inicial dos professores, principalmente, daqueles que atuarão no ensino de história e geografia nos anos iniciais do ensino , pois enfrentamos grandes dificuldades. No Brasil estão sendo desenvolvidas pesquisas q tem discutido como vem sendo a formação destes professores partindo da análise dos currículos da instituições formadoras em cursos de Pedagogia e Licenciaturas. No curso de Pedagogia particularmente nota-se que há o predomínio de disciplinas q visam embasar teoricamente o curso a partir de diferentes áreas do conhecimento (psicologia, sociologia,filosofia,antropologia) em detrimento daquelas ligadas à profissionalização mais específica do professor (didática,metodologias dentre outras). Há grande preocupação em justificar o ‘’porque’’ ensinar, não ‘’o quê’’ e ‘’como’’ ensinar.A idéia de formar um professor polivalente, responsável em trabalhar com os alunos as diversas áreas (português, matemática,história,geografia) além de atuar em diferentes modalidades de ensino ( educ, infantil, EJA, educ.especial) também tem contribuído para um perfil de formação, onde os conteúdos são estudados de modo genérico e superficial na nossa opinião. A questão ainda se agrava pelo fato de q muitas instituições de ensino superior partem do pressuposto de que os alunos já dominam todo o conteúdo dessas áreas básicas de conhecimento (o q não é errôneo, mas infelizmente não é a realidade do nosso país hoje) , por isso se limitam a oferecer apenas as disciplinas de metodologias de ensino, o que acaba acontecendo é a formação de profissionais q conhecem pouco sobre muitas coisas, tornando seus conhecimentos limitados e pouco aprofundados resultando em uma atuação deficitária.Vemos também impasses nas demais licenciaturas que ao contrário do curso de Pedagogia, q forma um professor polivalente, as chamadas ‘’licenciaturas especificas’’ em que ocorre a formação do professor de Geografia e Historia muitas vezes interfere na construção e reconstrução da Historia e Geografia escolar,pois os conteúdos ensinados na Historia e Geografia são marcados pela fragmentação do saber e pelo distanciamento da realidade cotidiana dos educandos. Em parte, essa fragmentação dos conteúdos é resultado direto de uma formação acadêmica na qual se têm docentes e discentes fechados em seus ‘‘mundos’’(geográfico e histórico), pois a especialização dos conhecimentos já é incentivada desde o início do curso de graduação. Para combater estes impasses é necessária que a formação tanto no Curso de Pedagogia como nas demais licenciaturas devam acontecer de forma q a formação do professor se constitua em um elemento primordial para a construção e reconstrução dos conhecimentos e de seus significados sociais. Para tanto, não basta ao professor ter domínio da matéria (conteúdos), torna-se necessário q o docente tenha a capacidade de pensar criticamente, desvendar os processos q permeiam a realidade social e q se coloque como sujeito transformador desta realidade, pois atualmente o ensino está muito voltado para as disciplinas de língua portuguesa e matemática, a disciplina de história e geografia está sendo deixadas de lado. A formação inicial de um professor crítico é importante para saber lidar com os embates do sistema de ensino, que saiba pensar e argumentar sobre um problema que afeta a escola, ao próprio professor e os alunos, ter claro seu verdadeiro papel de professor transformador dessa realidade, pois um professor não pode somente ensinar o aluno a ler, escrever e fazer as operações básicas de matemática,é necessário também ensiná-lo a sua história, ensinar sobre a realidade em q vive, ensinar a pensar e discutir questões importantes para sua vida. Sendo assim, nossos alunos precisam de um professor q não finja q está tudo certo com o sistema de ensino, que ensine apenas ‘’aquilo que convém’’, pois o aluno tem o direito de aprender todas as áreas do conhecimento e não somente duas.
    Geisa Melo,Rafaela Carlos,Tamires Pagoto,Thais
    FFCLRP-USP Brasil.

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  24. No Brasil é nítido que as disciplinas de Português e Matemática são mais visadas.

    As escolas formam alunos para realizar provas, muitas vezes com conteúdos determinados, porém vagos no âmbito social.

    Disciplinas de História e Geografia, ao nosso ver, são importantes não apenas como conhecimento básico, mas importante para formar alunos cientes daquilo que acontece ao seu redor, que possam entender e compreender assuntos por exemplo que envolvam guerras, crises econômicas, etc. Conhecimentos, esses, que ajudam a formar alunos críticos, com opiniões próprias, ativos na sociedade e não apenas alunos alienados sócio culturalmente, que passem nos vestibulares partir de decorebas.

    Estamos cursando a disciplina “Metodologia do Ensino de História e Geografia” na FFCLRP-USP, na qual tem a carga horária de 60 horas para abordar com os futuros pedagogos “ o que” e “como ensinar” Geografia e História nos anos iniciais.

    Foi contextualizado que tais disciplinas no Brasil foram introduzidas tardiamente na escola pelo fato do “ Estudos Sociais” substituir estas matérias de forma generalizada, além de englobar o ensino de Educação Moral e Cívica, Organização Social e Politica do Brasil.

    Visto isso percebemos o quanto este ensino tão abrangente está desvalorizado, começando da formação acadêmica que tem uma carga horaria restrita a essa duas matérias.

    Enfim, acreditamos que a formação de professores devem abordar as diversas áreas do conhecimento também (Geografia, Historia, Ciências, Artes...) além dos conteúdo pedagógicos (didática...), dedicando mais carga horaria tendo uma aprendizagem significativa pra que isso não reflita no aprendizado dos alunos.

    Anna Clayme, Paula Naime e Tatiane Azevedo

    FFCLRP - USP - BRASIL

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  25. PARTE 1
    De acordo com a pergunta inicial e com todo o debate do grupo até então, pensamos que é preciso, em primeiro lugar, verificar de onde vem a origem da profissão (regulamentação) e, por ela começar a revolução, isto é, é preciso que haja políticas afins e favoráveis à própria educação, beneficiando não só os professores, mas a toda comunidade escolar, logo, uma revolução política que defenda e apoie a escola como função social e prática na vida das pessoas. Por conseguinte, uma revolução dentro das delegacias de ensino e escolas, que integrem pessoas aptas e com vontade de fortalecer a educação, dando liberdade da comunidade escolar de fazer o seu Projeto Político Pedagógico (PPP), com um currículo amplo e complexo, voltado àquela comunidade e então, seu ensino fortificado, e da mesma maneira, a revolução chegar às salas universitárias para que cerquem o graduando em sua formação teórica e prática, como que um ensino pleno deve ser e ter, não somente cabendo ao campo de batalha, da prontidão de um guerreiro despreparado como é hoje com os graduandos e aqui, cabe o exemplo dado pelo ilustre José Faustino de Almeida, bem como a revolução pegar (chegar) a organização do ensino nas escolas, ATUALIZANDO-O, sendo novo, interessante, intrigante e desafiador para os alunos e para os professores, então, não mais separado por disciplinas e sim por áreas, cabendo a nós, as Humanas e não mais a geografia ou história por si sós e, dessa forma, não ter um ensino factual, antigo, de datas e nomes, só para atender exames nacionais ou internacionais, conforme bem salienta a contribuição da Silvia A. Sousa Fernandes, ou no artigo de LASTÓRIA, A.C. A didática da Geografia e da História e a formação de
    professores. In: ASSOLINI. F.E.P.; LASTÓRIA, A.C. Formação continuada de professores: processos formativos e investigativos. Ribeirão Preto: Compacta, 2010, que fundamenta também a necessidade de uma revolução, primeiro política e depois nos setores fundamentais, aqui nos cabe à educação, pois a formação e capacitação de professores de História e Geografia tem de ser analisada sob a ótica da humanização e de como tais ciências são ensinadas ao alunos.
    Ainda, a revolução deve chegar aos governos locais, para que suas licitações e construções, atendam o formato da nova sociedade e sua demanda, em outras palavras, não mais escolas com arquiteturas das fábricas da revolução industrial, pátios fechados da era francesa, vitrais medievais das igrejas católicas, enfim, uma escola que agregue um espaço para a comunidade entorno possa se tornar parte, ser também comunidade escolar e assim, haver espaço para a leitura, debate, integração social, compartilhamento de ideias e prática de cultura (dança, folclore e ritos). O professor precisa ter uma boa formação, onde ele saiba criar uma dinâmica e intertextualidade em sua disciplina, para poder tornar o ensino mais eficaz, onde ele possa causar o interesse no aluno e assim ajuda-lo em sua formação humana. Os professores devem ter uma formação com base nas teorias, mas também em formas de transmitir aquilo na pratica, buscando trazer o interesse do aluno. Entretanto, quando estes pilares estiverem erguidos, não só o professor poderá ser inovador e criativo, como sua função social será contribuir na formação do cidadão, ou seja, as aulas poderão ser preparadas para determinado público específico, com finalidades e objetivos, de acordo com o PPP, e também com inovação, tendo habilidades e competências trabalhadas para crescer com o aluno e não para o aluno. É indiscutível que tais disciplinas influenciam diretamente na formação humana do aluno, por isso as Instituições formadoras devam estar atentas ao tipo de profissional que esta formando e quais os reflexos que uma formação defasada por ter no futuro dos alunos.

    Grupo de alunos: Gabriela De Santi; Jacqueline Catossi; Júlia Bittar; Mariana Andrade; Robson Silva
    FFCLRP – USP - BRASIL

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    Respuestas
    1. Caros colegas
      Gostaríame concretas as vossas palavras:
      a formação e capacitação de professores de História e Geografia tem de ser analisada sob a ótica da humanização e de como tais ciências são ensinadas ao alunos.
      1.-Qué enendemos por humanização. Eu entendo os desejos, as inquedanzas dos alunos que são pessoas, mais não só como individuos ilhados, mais como elementos duma sociedade. A humanização implica que os professores conhezan o que pensan os seus alunos e que facilite uma interpretação desde as teorías de Geografia e Història
      2.-Portanto as matèrias deven ser ensinadas desde as representações vulgares dos problemas sociais e ambientais, para gerar um conflito coa explicação vulgar e assim propor uma explicação alternativa desde conceitos mais rigurosos
      Um saúdo
      Xosé m

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  26. PARTE 2
    Ainda, a revolução deve chegar aos governos locais, para que suas licitações e construções, atendam o formato da nova sociedade e sua demanda, em outras palavras, não mais escolas com arquiteturas das fábricas da revolução industrial, pátios fechados da era francesa, vitrais medievais das igrejas católicas, enfim, uma escola que agregue um espaço para a comunidade entorno possa se tornar parte, ser também comunidade escolar e assim, haver espaço para a leitura, debate, integração social, compartilhamento de ideias e prática de cultura (dança, folclore e ritos). O professor precisa ter uma boa formação, onde ele saiba criar uma dinâmica e intertextualidade em sua disciplina, para poder tornar o ensino mais eficaz, onde ele possa causar o interesse no aluno e assim ajuda-lo em sua formação humana. Os professores devem ter uma formação com base nas teorias, mas também em formas de transmitir aquilo na pratica, buscando trazer o interesse do aluno. Entretanto, quando estes pilares estiverem erguidos, não só o professor poderá ser inovador e criativo, como sua função social será contribuir na formação do cidadão, ou seja, as aulas poderão ser preparadas para determinado público específico, com finalidades e objetivos, de acordo com o PPP, e também com inovação, tendo habilidades e competências trabalhadas para crescer com o aluno e não para o aluno. É indiscutível que tais disciplinas influenciam diretamente na formação humana do aluno, por isso as Instituições formadoras devam estar atentas ao tipo de profissional que esta formando e quais os reflexos que uma formação defasada por ter no futuro dos alunos.
    Em suma, uma mescla de que nos disse Josiane Paula Etelvino, o professor Xose Souto, José Faustino, Pep Císcar, Victor Nedel e nossa análise de alunos e futuros professores, já que cursamos pedagogia e viemos de diversas cidades brasileiras, nos agregando numa universidade pública, logo, é nosso papel refletir agora, a alfabetização para a ciência humana e com ela, “letrar” e fomentar a cultura científica. Como vimos, a formação de professores para o ensino de historia e geografia são extremamente necessárias, e há necessidade de se qualificar o seu currículo para o ensino nas escolas, é necessário um aumento na carga horário e não uma anulação. Cremos, por fim, que nos cursos oferecidos, os alunos (futuros professores) deveriam ser submetidos a estágios onde eles teriam que levar o ensino de história e geografia de uma maneira diferente, e este aluno, quando formado, saberia aplicar seus conteúdos para seus alunos, melhorando o sistema de ensino. O aluno deverá então, estabelecer um contato com a sala de aula já em sua formação.

    Grupo de alunos: Gabriela De Santi; Jacqueline Catossi; Júlia Bittar; Mariana Andrade; Robson Silva
    FFCLRP – USP - BRASIL

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  27. Frente ao que vem sendo discutidos, nós como alunas do 3º ano do curso de pedagogia da USP de Ribeirão Preto, do estado de São Paulo, refletimos que ainda somos frutos deste antigo ensino, no qual, as disciplinas de estudos sociais se reduziam a memorização de datas comemorativas, estados e capitais, entre outros conceitos desprovidos de consciência crítica, sentido e reflexão. Acreditamos ainda que se esta oportunidade (professor, faculdade, estágios, entre outros) não nos estivesse sendo concedida, estaríamos reproduzindo, como futuros professores, os mesmos paradigmas nos quais foram nos apresentados durante o nosso período escolar.
    Considerando que a educação é um processo gradual, destacamos alguns elementos que são primordiais para a aprendizagem dos alunos em relação às disciplinas de História e Geografia, sendo eles: a formação universitária (relação com os saberes), a formação continuada (reflexão sobre o que ensinar, para que ensinar e como ensinar), relação do aluno com o contexto sócio- histórico no qual está inserido. Por isso, vemos que não a como privar o sujeito do ensino de História e Geografia, se o próprio o constitui. Portanto, sabemos que ainda somos poucos, mas as transformações só ocorrem com lutas e discussões como estas e assim, esperamos que os nossos alunos tenham uma formação diferenciada das que nos foram transmitidas, ou seja, uma formação que faça sentido a eles e que sejam conscientes, participantes, atuantes e transformadores.
    Bruna Nardo.
    Camila Pereira.
    Cássia Spinassi
    Emanuelle C. S. D. Silva.
    Isabella França.
    Paula Vaz.

    FFCLRP- USP BRASIL.

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  28. Durante muito tempo na história da educação, a maneira mais comum de se ensinar Geografia foi pelo discurso do professor ou pelo livro didático. Após a exposição, ou trabalho de leitura, o professor avaliava, pelos exercícios de memorização, se os alunos aprenderam o conteúdo. Atualmente a Geografia tem buscado práticas pedagógicas que permitam apresentar aos alunos os diferentes aspectos de um mesmo fenômeno em diferentes momentos da escolaridade, de modo que os alunos possam construir compreensões novas e mais complexas a seu respeito, e dessa forma espera-se que eles desenvolvam a capacidade de identificar e refletir sobre diferentes aspectos da realidade, compreendendo a relação sociedade-natureza. Assim, é fundamental que o professor crie e planeje situações nas quais os alunos possam conhecer e utilizar esses procedimentos.
    A geografia é uma disciplina imprescindível para a formação de um cidadão crítico, e o professor tem um papel fundamental neste sentido, levando o aluno à compreensão do lugar onde ele vive. Ela não serve apenas para educar o cidadão, mas também para ajudá-lo a mudar e compreender o seu meio e o mundo globalizado.
    A formação do responsável pelo ensino de geografia deve ser uma formação crítica e aberta que possibilite uma boa discussão sobre o papel da Geografia para contribuir com a formação geral dos cidadãos. A formação inicial do professor de Geografia, bem como qualquer outra graduação, que é aquela adquirida nas universidades e faculdades, não deve bastar, mas sim, conciliar com a busca de aperfeiçoamento e especialização, que é a formação continuada, que deve acompanhar o professor na construção do exercício da profissão. O professor precisa trazer novas metodologias de ensino para a sala de aula, deixando de trabalhar somente com o livro didático e com assuntos que não tem conexão com a realidade dos alunos. Isso acaba por gerar desinteresse pelas aulas de Geografia.
    Recentemente fomos pegos pela notícia de que o governo do Estado de São Paulo retirou o ensino de História, Geografia e Ciências nos anos iniciais do Ensino Fundamental. A nova modalidade faz parte da primeira reformulação curricular. Segundo a Secretaria de Educação, os horários serão preenchidos por aulas de Língua Portuguesa e Matemática.
    A Secretaria de Educação argumenta que o objetivo é tornar o currículo mais atraente, e ainda emitiu nota de justificativa apontando que estas matérias seriam aplicadas dentro de outras matérias, ou em oficinas no decorrer do dia. Com isso, o governo estadual pensa em melhorar os índices de avaliação dos alunos dessas escolas em seus exames, já que provas como o SARESP avaliam somente as disciplinas de Português e Matemática. Preocupa-nos que as oficinas contribuam mais para o esvaziamento dos conteúdos do que para a construção de conhecimentos.
    Com o pensamento errôneo de que um conhecimento atrapalha o outro, as aulas de História, Geografia e Ciências serão eliminadas do currículo desses estudantes. O governador de São Paulo mostra, com essa atitude, o quanto desconhece a importância da escola, que não é apenas ensinar a ler e contar, mas ensinar a pensar, a contextualizar, criticar, e que isto também é alfabetização.
    Afinal, para que a escola existe? Para formar adequadamente as gerações futuras ou para preparar os estudantes para avaliações externas como Enem, Saresp, Prova Brasil?
    Acreditamos que o resultado final da exclusão do ensino de Geografia, História e Ciências, dando mais espaço ao ensino de Português e Matemática, será a quantidade em detrimento da qualidade. O fundamental é ampliar as oportunidades ao invés de restringi-las, e, para tanto, a experiência com as diferentes áreas do conhecimento é essencial.
    Grupo de alunas: Alissa Bovo, Laís Barion, Mariana Mafud, Natalia Virgilio, Sara Bianchi, Silvia Branco.
    Graduandas do curso de Pedagogia da FFCLRP-USP - Brasil

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  29. Embora a proposta da análise estivesse centrada na questão da Formação do professor, o ponto que mais nos chama atenção é referente à incoerência que há entre as políticas educacionais e a prática em sala de aula e, como dito por Paulo Freire:" a teoria sem a prática vira 'verbalismo', assim como a prática sem teoria, vira ativismo. No entanto, quando se une a prática com a teoria tem-se a práxis, a ação criadora e modificadora da realidade"
    Muito se diz a respeito da formação polivalente do pedagogo, mas esta não é vista como forma de se trabalhar as diferentes competências de maneira interdisciplinar e, sim, de promover um conhecimento cada vez mais específico e fragmentado. Os PCNs e as políticas de Educação Básica,que deveriam buscar essa integração entre as as diversas disciplinas acabam por reforçar o privilégio de algumas matérias em detrimento de outras; Fato comprovado pela nova proposta de exclusão do ensino de história e geografia nas séries iniciais, como forma de priorização de áreas consideradas essenciais à alfabetização, como se, com exceção de português e matemática, as demais disciplinas não pudessem contribuir para esse processo.
    Em consequência disso, temos a formação restrita dos educandos, submetidos a conhecimentos particularizados e, ainda, ao não desenvolvimento da criticidade e identidade dos alunos, cerne das propostas dos PCNs.
    Voltando à questão inicial, antes de se pensar sobre como formar um professor, acreditamos ser fundamental uma reflexão acerca de tipo de profissional e aluno pretende-se formar. Que tipo de formação profissional é proporcionada se não existem políticas, ações que valorizem a prática pedagógica? Uma vez que, na graduação, ela é inexpressiva e, para os profissionais atuantes, pouco eficiente. Se nos cursos de Educação Básica aos superiores há a priorização do aumento de vagas enquanto devia-se primar pela qualidade? Se acredita-se que os cursos de Formação Inicial e Continuada geram custos além do necessário? Por esses por muitos levantamentos além dos apontados é que a qualidade do ensino está aquém do esperado.
    Nesse contexto, é eminente o risco de se promover a alfabetização, como simples processo de decodificação mecânica e automática em detrimento de uma visão mais ampla, de uma leitura de mundo proporcionada pelas práticas de letramento e, mais uma vez recorrendo a Freire: “não basta saber ler que Eva viu a uva. É preciso compreender qual a posição que Eva ocupa no seu contexto social, quem trabalha para produzir a uva e quem lucra com esse trabalho.”
    Diogo, Mayra e Flavia

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  30. Soy alumno del Máster Universitario en Profesorado de E.S.O y Bachillerato, FP y E.Idiomas (MAES)en España, en la especialidad de Ciencias Sociales (Historia, Geografía, Historia del Arte y Filosofía).

    Respecto a la formación de los profesores hablaré entorno a mi especialidad, dado que es la que conozco de primera mano y dado que imagino que otras especialidades requerirán presentan otras problemáticas, otras realidad y se han de afrontar por tanto desde otras perspectivas.

    En mis prácticas estoy explicando la unidad didáctica de las primeras civilizaciones, asignatura de Ciencias Sociales de primer curso de la ESO. Tengo que conseguir que mis alumnos aprendan qué fue Mesopotamia y qué fue Egipto y, sinceramente, eso para alumnos de doce años es muy aburrido. Sargón, Nabucodonosor, los hititas, el alto y el baj Egipto... Decidí explicar el tema entorno a grandes ideas como la jerarquía social, el poder o la imposición. Y realmente creo que mis alumnos están aprendiendo, no se están aburriendo y que en general están aprovechando el tiempo. Porque creo que les es más relevante saber que las guerras se producen para conquistar los recursos ajenos y que como consecuencia los derrotados se subyugan ante los vencedores o que estamos hoy en día alimentando un sistema organizado por una clase dominante que nos domina al resto ya que ellos tienen los medios y los recursos.

    A eso me refiero: tenemos que ser conscientes como profesores de CIENCIAS SOCIALES de nuestra misión: expicar científicamente nuestra sociedad (desde el punto de vista histórico, artístico, geográfico, antropológico, sociológico...) pero no explicar científicamente la Historia, el Arte, la Geografía... Nos empeñamos en hacer de las clases de secundaria un "resumen" de la universidad, y la misión debe ser otra: formar alumnos que manejen su entorno, conociendo por qué hay que cumplir las leyes pero entender que no debemos acatar las que nos son impuestas injustamente para fomentar las diferencias entre clases sociales.

    Y creo que este aspecto es lo que fundamentalmente falla en la docencia de las Ciencias Sociales en la secundaria y por tanto en la formación de sus profesores: estamos preparando para una cosa que no es, y lo que es no ve cubiertas sus necesidades por falta de formación.

    Carlos Francisco D. B.
    Alumno del MAES Sevilla, España.

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    1. Estimado colega Carlos
      No creo que explicar científicamente la Historia sea contrario a lo que dices, pues coincido contigo. Cuando he tenido que explicar estos contenidos (eran los tiempos de 1º de BUP) yo también me hacía un esquema de las jerarquías sociales, las guerras, el poder o la imposición. Creo que eso es explicar científicamente la Historia y no resumir los hechos y memorizar datos que no les interesa ni a los propios historiadores.
      Lo que sucede es que muchos historiadores no han reflexionado sobre el sentido educativo de la Historia y así les va. Confunden los resultados de sus investigaciones particulares y la idea de cultura dominante con lo que deben estudiar las personas para ser ciudadanas.
      Ánimo y a seguir con el debate. Entre todos podemos hacer una mejor formación docente que nos permita transformar a los individuos en ciudadanos con autonomía de criterio
      Xosé M. Souto

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  31. Buenas tardes, soy alumna del Máster en Formación de Profesorado de la Universidad de Sevilla, y más concretamente de la materia de Ciencias Sociales. Al hilo de las distintas ideas que se han ido suscitando, quisiera aportar mi opinión, a pesar de la poca experiencia profesional que dispongo en el ámbito educativo.

    Son tantos los temas interesantes que se han abierto en los distintos comentarios que me resulta un tanto difícil centrarme en una cuestión en concreto. No obstante, algo que considero fundamental en relación a la Formación del Profesorado de Educación Secundaria, sea la disciplina que sea es lo que podríamos denominar como la "trasposición didáctica". Cada uno de nosotros procede en la mayor parte de los casos de una formación disciplinar, ceintífica, rigurosa..., somos por tanto, portadores del "saber", "expertos en contenido" (hago las referencias entre comillas, porque ésta sería otro debate que podríamos abrir en torno a cómo se desarolla la formación universitaria en la actualidad), en definitiva, poseemos una de las herramientas fundamentales, en teoría,que nos permiten continuar con esa labor de enseñar y formar a otros individuos. Sin embargo, tal y cómo podemos observar a partir de los resultados que las estadísticas de éxito escolar nos proporcionan, algo está fallando, es decir, estamos viendo como no sólo el conocimiento científico debe ponerse al servicio de nuestros alumnos sino que una parte importante del proceso de ensañanza- aprendizaje de esta materia, consistirá en la puesta en práctica de la didáctica correspondiente a las Ciencias Sociales.
    En numerosas ocasiones, somos testigos de cómo los contenidos de la etapa de la ESO se presentan en un formato cerrado, acabado, sin mayor posibilidad de abrirse a nuevos ámbitos, mientras que por otro lado, vemos como los responsables del descubrimiento de este conocimiento que luego se transfiere al curriculo escolar, son conscientes del relativismo que la propia denominación de "ciencias de lo social" lleva implícito. ¿Por qué no enseñar estos contenidos, en base al propio método crítico que el trabajo de estas disciplinas implica?
    Utilizaré un caso para ejemplificarlo.
    Dentro de la Historia del Arte, se trabaja continuamente con supuestos, en base a nuevos hallazgos, nuevas interpretaciones del hecho artístico que descarten o corroboren hipótesis anteriores. Es curioso, o a mí me lo parece, cómo en numerosas ocasiones se dan informaciones, que se encuentran ya completamente desfasadas con respecto a la realidad que en ese momento se está viviendo; un caso concreto puede ser por ejemplo, la creación de sedes de los grandes Museos en otros países, presentando proyectos que en ese instante ya están descartados, por no hablar de restauraciones, donde se explica una de veinte. (sigo en otro párrafo)

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  32. (continuación del anterior)
    Se ha extendido la consideración de relacionar el conocimiento con el trabajo del científico, y la práctica con la actividad del docente, no produciéndose una comunicación entre ambos mundos, lo que lleva a veces a que en la educación no se integren recursos distintos al libro de texto, discriminando un mundo de posibilidades y obviando el trabajo de competencias como la reflexión crítica de distintas fuentes.

    Enlazando con la idea del código deontológico que se ha presentado en otros comentarios, enseñar implica un compromiso ético con los contenidos que se transmiten, así como, al igual que un médico está continuamente estudiando acerca de nuevos avances en su campo, el profesor debe actualizar los contenidos que son parte de su dominio científico.

    Ante estas circunstancias, creo que uno de los problemas que se plantean en la puesta en práctica del Máster en Formación de Profesorado, es que al igual que ocurre en otros ámbitos de formación, la enseñanza sigue siendo fundamentalmente TEÓRICA, sin advertir que será únicamente la investigación de la práctica con su correspondiente trasposición didáctica, la que permita definir un nuevo perfil de docente que se abra camino en un sistema educativo marcado por una metodología tradicional, y desde mi punto de vista obsoleta, si tenemos en cuenta las necesidades que nuestra sociedad está imponiendo.

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  33. Hola amigos y compañeros del Geoforo. Yo también soy alumno del Máster Universitario en Profesorado en Enseñanza Secundaria Obligatoria y Bachillerato, F.P. y Enseñanza de Idiomas (MAES) por la Universidad de Sevilla, de la Especialidad de Geografía e Historia.

    Al igual que mis compañeros de máster que ya han aportado su opinión, durante mis prácticas estoy intentando llevar a cabo una enseñanza basada en la innovación docente, pero sin que por ello tenga que alejarse en demasía de la enseñanza que está recibiendo el alumno durante el curso, puesto que, aunque tengo todo el derecho a llevar mis intervenciones como mejor crea conveniente, no quiero imponer un modelo de enseñanza radicalmente opuesto al que están acostumbrados a recibir en el resto de materias. Procuro aplicar a mis clases aquellas ideas innovadoras que nos han inculcado durante el desarrollo del máster, pero sin que con ello se produzca un choque frontal con el modelo de enseñanza del instituto.

    Respecto al máster que estoy cursando, éste existe desde hace pocos años, sustituye a un curso anterior de larga tradición y que desde sus comienzos era de muy breve duración, que se denominaba “Certificado de Aptitud Pedagógica” (CAP). Era de obligada realización si querías opositar a la enseñanza media en España. Todas las personas con las que he hablado tienen una opinión muy parecida: hablan del antiguo curso como de mero trámite en el que la función pedagógica que debía desarrollar apenas existía o no tenía toda la importancia necesaria.

    En este sentido, el máster actual sí refleja dicha preocupación pedagógica, si bien, debe mejorar mucho más (y no lo digo a título personal, es el comentario generalizado de todos, alumnos y profesores). Como nos han comentado en alguna ocasión, la formación del profesorado debería formar parte de nuestra propia enseñanza universitaria, se debe favorecer una rama pedagógica en disciplinas científicas, como así sucede en las carreras de magisterio, en las cuales están presentes la pedagogía y el conocimiento académico. Creo que si no somos conscientes de la importancia que supone una buena formación del profesorado para una sociedad, no podremos mejorar dicha sociedad.

    Jesús Ferreiro Martínez
    Licenciado en Historia del Arte
    Alumno de MAES (Sevilla, España)

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  34. Alumnos del Máster de Secundaria de Valencia15 de abril de 2013, 4:26

    Primero que todo un saludo a todos los participantes del geoforo. En nuestro caso somos cuatro alumnos del Máster de Educación Secundaria de la Universidad de Valencia, de la especialidad de Geografía e Historia y nos gustaría compartir nuestras opiniones sobre dicho máster.
    Al inicio llegamos con la idea de partida de nuestra especialidad, éramos historiadores. Sin embargo, con el paso de las clases y principalmente con el practicum nos hemos dado cuenta que la percepción del docente de ciencias sociales era más compleja de lo creíamos en origen.
    Un profesor es más que un mero transmisor de conocimientos, tiene función social destinada a formar a futuros ciudadanos. De nada sirve memorizar conceptos si eso no se refleja fuera de las aulas y ellos no aprender ciertos actitudes y valores que conforman la ciudadanía.
    En nuestra opinión el Máster forma mucho más que el antiguo CAP, a pesar de que las prácticas son demasiado breves. Realmente, no hemos podido contemplar la evaluación del alumnado, ya que el período del practicum es mucho menos que una evaluación. Asimismo, sólo hemos podido dar en algunos una Unidad Didáctica con uno curso.
    Por otro lado, hemos observado la gran dificultad que supone el traspasar el conocimiento científico en uno escolar, sobre todo adaptado a cada uno de los niveles y particularidades de los alumnos/as, del centro y de su entorno.
    Para concluir, indicar que nuestra experiencia es favorable, aunque vemos la dificultad de llevar todo lo aprendido a la práctica por las problemáticas que presenta el curriculum oficial que coarta la actuación del profesorado.

    Alberto J. García Arocas
    Mª Esther Pérez Roig
    Cristina Rodrigo Pérez
    Inma Salguero Méndez
    Licenciados en Historia
    Máster de Profesor de Educación Secundaria de la UV

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  35. En respuesta a la pregunta general del foro “¿Cómo formar al profesorado?”, me gustaría aportar la siguiente reflexión: En primer lugar quisiera dejar claro que creo firmemente en que la formación del profesorado es trascendental para la mejora en la educación. En este sentido me gustaría decir que la formación del profesorado en nuestro país, a pesar de necesitar muchas mejoras, está en manos de especialistas en la materia, en unos casos con más éxito que otros, pero científicos al fin y al cabo. No estoy seguro de que la gran diferencia de nuestro país con respecto a otros países europeos o iberoamericanos con mejores resultados esté en la formación. Sin duda hay diferencia, e incluso mucha, podríamos decir en algunos casos, pero quizá la clave no este solo en la formación sino que la selección del profesorado jugaría un papel trascendental igualmente entre otros aspectos. Javier Melgarejo lo analiza en el siguiente articulo comparando el sistema finlandés con el español: “La formación y selección del profesorado clave para comprender el excelente nivel de competencia lectora de los alumnos finlandeses”. Si los criterios de selección del profesorado se reducen a superar un examen eminentemente teórico, lo único que estamos garantizando es que pueda acceder al cuerpo de profesorado cualquier persona con el titulo adecuado y capaz de repetir ese temario, nada más y nada menos. Es teoría de la evolución pura y dura. La variación es fundamental, pero lo trascendental es la selección. Podemos formar fantásticos profesores pero si no podemos garantizar que sean ellos los que den las clases de poco nos servirá.

    Desde las facultades de educación se sabe bien lo que hay que hacer, hay mucha experiencia acumulada ya. El problema es que esto no se traslada a la realidad de las aulas. Son muchos los factores que dificultan el cambio. Por un lado el hecho de que la educación es un arma política, que sirve y perpetua a un sistema y por otro lado, la tradición pesa muchísimo, existe una fuerte resistencia al cambio ya que todos somos hijos de un sistema, de unas determinadas formas de hacer, e incluso nosotros mismos los alumnos de master de educación, somos los que a veces desconfiamos de las propuestas de nuestros profesores, por no hablar también de la desconfianza más extrema que manifiestan la gran mayoría de los docentes en nuestra educación secundaria.

    La formación que se ofrece en nuestro país en mi opinión es buena, se nos forma en sociología, psicología, pedagogía, se promueve la reflexión constante sobre la propia práctica, el trabajo cooperativo, el trabajo por problemas, partir de las ideas de los alumnos, el papel del profesor como guía en el proceso de aprendizaje, la atención a la diversidad, etc…pudiera parecer que las cosas van por buen camino. Otra cosa es como se recibe por parte del alumnado y si estos querrán/serán capaces de poner en juego lo supuestamente aprendido, de si tendrán ganas de hacerlo, o si el resto de sus compañeros le dejarán hacerlo. Con los profesores que ya ejercen podemos hacer muchas cosas por supuesto. Los programas de formación continua son muy importantes y útiles, pero la batalla pudiera estar semi perdida, ya que de momento no son obligatorios y que nuestros profesores asistan a los mismos depende de su voluntad, que desgraciadamente en muchos casos suele ser escasa o nula.

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    1. Nota al pie.

      JAVIER MELGAREJO DRAPER:” La formación y selección del profesorado clave para comprender el excelente nivel de competencia lectora de los alumnos finlandeses”. Revista de educación. Ministerio de educación y ciencia, Madrid, 2006.

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  36. Continuación...

    Por ello es de vital importancia que garanticemos que toda persona que acceda al cuerpo de profesorado de cualquier edad sea la mejor preparada de toda la sociedad ya que deben desempeñar la tarea más trascendental de toda la sociedad. En nuestro país parece haber conciencia a este respecto, todo el mundo valora que la educación es importantísima, pero en cambio la profesión docente no es valorada de igual manera. “Pfff ¿profesor?, ¿todo el día aguantando pequeños delincuentes, no?” suele ser un comentario habitual. ¿Pero que tipo de incongruencia social es esta?, ¿No habíamos quedado en que la educación es trascendental?, ¿acaso no la hacen los profesores? ¿Cómo es que hace falta un 9 como nota de corte para acceder a la facultad de odontología y un 5 para las facultad de educación?. ¿Si no garantizamos que los mejor preparados accedan al cuerpo de profesores, en manos de quien estamos dejando la educación de nuestros hijos?, ¿en manos de quien dejamos el futuro de nuestra sociedad?. Un estado no puede permitirse el lujo de dejar su futuro en las manos equivocadas. El profesor debiera ser el profesional mejor valorado de la sociedad, ya que su responsabilidad es altísima. Por lo tanto es de vital importancia un cambio en este sentido. Es un cambio profundo el necesario, un cambio en el pensamiento colectivo, es un problema sociológico de primer orden. No creo que la solución venga de la mano de la enésima reforma educativa en nuestro país, a no ser que ataque de lleno a la base del problema, que es: darle a la educación la importancia que realmente tiene en la sociedad y que esta estuviese en manos de los especialistas en la materia no en manos de políticos mediocres. Es de vital importancia que lo que se enseña en las facultades de educación se traslade a las aulas.

    La LOGSE fue una reforma educativa que pudo dar sus frutos, pero se ha visto avocada al fracaso ya que la ley hablaba de unas determinadas formas de educar, pero la practica real en el aula seguía haciéndose de la manera tradicional, ya sea por el peso de la tradición, o por un cambio de signo político que deja sin financiación una reforma. Parece que nuestros gobiernos no están por la labor de perder esa arma de perpetuación de desigualdades tan poderosa y la educación privada o concertada aumenta en detrimento de la pública, acaparando cada vez más porcentaje de la inversión en educación.

    Para revertir la situación hacen falta muchos cambios como los que propone el profesor Ciscar. Para mi sería clave que las facultades de educación tengan la importancia que merecen, que la profesión docente tenga el reconocimiento social que merece acorde a la responsabilidad que detentan en el ejercicio de su profesión. Hasta que esto no ocurra vamos a seguir encontrándonos con enormes dificultades.

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    1. Voy a utilizar una frase de Ricardo que creo que es bien expresiva de la complejidad de la situación:
      "la profesión docente no es valorada de igual manera. “Pfff ¿profesor?, ¿todo el día aguantando pequeños delincuentes, no?”
      Si esto lo piensan individuos y grupos de personas, entre ellos jóvenes universitarios tenemos un problema social grave. Pensar que los alumnos son peuqeños delincuentes es entender la sociedad segregada y ello favorece la organización de itinerarios en la ESO, la creación de guetos en la enseñanza pública y la exclusión de alumnos de las aulas cuando se portan mal.
      ¿Por qué categorizamos como delincuentes a las personas que están en un centro escolar a los once o doce años?
      ¿Por qué no quieren acudir a las clases y están obligados por el estado? ¿Qué se les ofrece como compensación?
      Estas preguntas son tan importantes como el estudio de la epistemología de la materia y, sin emabrgo, no aparece como un tema de formación del profesorado, o en todo caso aparece como un contenido parcial de sociología de la educación. ¿Por qué no abordamos esta cuestión desde la enseñanza de la formación del profesorado?
      Dice Ricardo que es preciso poner el listón más alto para acceder a las Facultades de Educación. Eso sólo es posible cuando existe un deseo de las personas y una expectativa social.
      Esta última se puede construir desde la opinión pública, pero para ello es preciso que los docentes y futuros docentes nos animemos a participar en los debates y no los comentaristas de radio y televisión.
      LA voluntad personal aparece por rachas. en la Facultat de Magisteri de Valencia la nota de corte es superior a 7 y el interés del alumnado es alto, así como sus comentarios sobre las prácticas son coherentes y motivadores
      Un saludo
      Xosé M

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    2. Estimado amigo y compañero Ricardo, me parece muy interesante tu reflexión, pero al hilo de la frase que ya remarca Xosé en el comentario anterior, creo que no aciertas al afirmar que la profesión docente no está muy valorada. Los últimos sondeos sitúan profesores y profesoras como los profesionales mejor considerados en España, tan sólo superados por los médicos.
      En mi opinión, el mejor reconocimiento que los docentes pueden tener es el que la sociedad les brinda valorando el trabajo que realizan día a día. Pero ello no implica que los profesores no deban esforzarse por mejorar la calidad de la enseñanza.
      Un saludo,

      Diego Caballero. Alumno del Máster de Profesorado de la Universidad de Sevilla y Licenciado en Historia por la misma institución.

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  37. Continuación...

    Debiera existir a mi juicio una sola facultad de educación, una sola titulación para poder ser profesor de cualquier etapa, cuya nota de corte fuese la más alta del país. Esta facultad debiera tener ramificaciones que se extendiesen a todas las universidades y que funcionasen de forma parecida por ejemplo a las de brasil: Dos líneas, una de investigación y otra de educación. Un magnifico investigador en historia o geografía puede resultar un desastre como profesor (de ello tenemos alguna experiencia en nuestro master). Entonces ¿por qué formar como investigadores en historia a cantidad de alumnos que realmente van a dedicarse a la educación?. Esa podría ser una vía. Otra alternativa pudiera ser que como hasta ahora se ha venido haciendo, una vez finalizada la carrera universitaria en la disciplina que corresponda (caso de la secundaria) los aspirantes a profesor tuvieran que cursar, no un curso de adaptación educativa ni un master de especialización, sino una nueva carrera universitaria, una licenciatura en educación que a mi juicio debiera tener las pruebas de acceso más duras del país. ¿Por qué se hacen (o se hacían, no estoy seguro) en nuestro país pruebas de acceso excluyentes a la facultad de bellas artes y en cambio a la facultad de educación ha podido siempre acceder cualquiera?. ¿son más importantes para la sociedad los artistas o los odontólogos que los profesores?, ¿está todo el mundo igual de preparado para ser profesor?, ¿tiene todo el mundo la misma disposición?. Además de una buena formación se hace necesaria a mi juicio una selección mucho más cuidada ya sea antes o después de la formación, o incluso en ambos momentos. Se debieran valorar muchos más aspectos que el simple hecho de saberse de memoria un determinado temario, como en mi opinión es el caso de las oposiciones en España. No digo que conocer bien tu materia no sea importante, todo lo contrario, pero por si solo no es garantía de nada más.

    Para ser un buen docente hacen falta muchas más cosas. No seré yo quien revele nada nuevo al respecto, ya hay mucho publicado sobre el asunto y parece haber consenso: Necesitamos profesores que conozcan muy bien su disciplina, su epistemología especifica, capaces de reflexionar continuamente sobre esta para mantener actualizados los conocimientos y poder seleccionar y secuenciar los contenidos, debe poder reflexionar continuamente sobre su práctica, también debe poder gestionar bien el equilibrio entre innovación y las rutinas necesarias para sentirse seguro y propiciar un buen ambiente de trabajo. Además debe poder seleccionar contenidos a transmitir que estén cerca de lo que Vigotsky denominó Zona de Desarrollo Próximo. Se comparte la visión de que para enseñar no hay un único método mejor que los demás, y que es bueno promover un pluralismo metodológico. Yo personalmente diría además que nuestros alumnos necesitan un referente, una persona en la que confiar, un modelo al que imitar, un profesor amable, comprensivo con sus necesidades y dificultades que sepa acompañarles en su proceso vital de crecimiento como individuos y como ciudadanos, que pueda identificar lo que cada uno necesita en cada momento, alguien que fundamentalmente sepa transmitirles la utilidad de las ciencias sociales, que sepa motivarlos, que les permita acercarse a las ciencias sociales con gusto por si mismos. Un profesor puede ser trascendental en la vida de un alumno, puede marcar su vida para bien o para mal y debiera estar en nuestras manos el garantizar que fuese siempre para bien y para todos por igual. Hasta que la sociedad no comprenda la importancia de la labor docente creo que no estaremos preparados para acometer los cambios necesarios.

    .Me gustaría despedirme con un precioso poema de Gabriel Celaya…”la poesía es un arma cargada de futuro”. musicado por Paco Ibañez que parece puede volver a estar de actualidad. Si además sustituimos la palabra poesía por educación se me antoja muy apropiada para la situación actual.

    Un saludo.
    Ricardo Luís Amaya Hidalgo.
    Alumno de MAES de la Universidad de Sevilla.

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  38. ¡Hola! Soy Jesús Andrades, alumno del MAES de la Universidad de Sevilla, integrado dentro de las Ciencias Sociales.

    Ante la pregunta lanzada al aire de cómo podríamos formar al profesorado, no hay una única respuesta. Ni siquiera hay certezas o teorías 100% exactas. La educación es una máquina compleja que precisa de un grado de conocimiento, experiencia y de observación para atender a las necesidades específicas que requieran los alumnos. Eso debe movernos para obtener los mejores resultados: y cuando hablo de mejores resultados, hablo de conocimientos, no de calificaciones, de formar a un/a buen/a individuo/a y ciudadano/a.

    Partiendo de estas premisas básicas y conociendo las múltiples técnicas a emplear por parte del docente, se debe practicar con ellas para ver que resultados son los más positivos para el alumnado porque, al fin y al cabo, tenemos un fin práctico: enseñar lo mejor posible el mayor número de conocimientos, procedimientos y actitudes.

    Por eso, en mi opinión debería permitirse a los docentes experimentar las diversas posibilidades o teorías pedagógicas como forma práctica de introducir la innovación docente y la mejora de la enseñanza, pudiendo cada docente ver cuál es más adecuada a cada circunstancia y ver que puede ser más útil para cada grupo-clase. Es evidente, que todos los años el tipo de alumnado cambia y nosotros debemos hacerlo también.

    En mi caso, por ejemplo, la resolución de problemas planteados por mi o por ellos esta resultando útil para que se planteen cuestiones de sociedades antiguas y las relacionen con la actualidad y se queden con premisas elementales.
    Por esto creo que debe haber una íntima relación entre teoría-práctica para que la innovación docente llegue a buen puerto.

    Saludos.

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  39. Buenas tardes a todos,

    Yo también soy Lda en Historia y alumna de Maes en la US y quería haceros partícipes de mi visión sobre la formación del profesorado en este sentido
    .
    En primer lugar, hacer mención a la participación de mi compañero Ricardo; suscribo sus palabras en lo referente a la forma de seleccionar al personal docente en este país. Sobre esto, me temo que es el principal motivo de pérdida del capital humano en España ya que estos docentes han superado unas pruebas selectivas basadas en la memorización de unos contenidos, y no han llegado a ser profesores porque tuviesen una capacitación extraordinaria o cualidades necesarias para ello. ¿Es que acaso el futuro de una sociedad no es lo más importante?

    En este sentido, me llama la atención que la mayoría de docentes que he tenido como alumna durante toda mi vida - excepto algunos profesores especialistas en Educación del MAES- y profesores que he conocido en el centro de prácticas optan por un modelo de clases transmisivas donde todo lo que se aborda es contenido disciplinar. Y me entristece pensar - y creo que es así- que esto es una cuestión de economizar el tiempo ya que durante mis intervenciones en el aula he trabajado aportando pequeñas innovaciones que me han requerido casi todas las tardes, al prepararlas, trabajarlas, estar en contacto con los alumnos...¿es que acaso los profesores no deben ser así; profesionales de su sector, interesados por sus productos, esto es, que los chicos a su cargo, realmente aprendan?

    Durante mis prácticas también he podido ver a muchos docentes "quemados", claro, sus alumnos no aprueban, pero tampoco se cuestionan ellos mismos y van desmotivados al trabajo. Lo más fácil es pensar que la sociedad cada vez va a peor. No se acuerdan de cuando ellos eran adolescentes. Creo que todo profesor debe empatizar con sus alumnos, y creo que debemos ser cercanos y accesibles. He podido comprobar que las Tics son una buena herramienta para esto último y las pequeñas innovaciones que se puedan hacer, un gran revulsivo contra la desmotivación (tanto del alumno como del profesor).

    Mercedes Fernández Tirado
    Lda. en Historia
    Alumna de MAES por la US

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  40. Hola mi nombre es Mario, soy un estudiante del Master de Profesor de Educación Secundaria de la Universidad de Valencia, me gustaría hacer mi humilde aporte a este tema de la formación del profesorado. Nuestra compañera y amiga Sara nos plantea toda una serie de preguntas con respecto a su formación y elementos alrededor del mismo muy interesantes.

    Me gustaría comentar algunas de ellas, hemos de tener en cuenta que la educación no es un tema en el cual se pueda improvisar o cambiar cada cuatro años. Hasta que no se abandonen los intereses económicos e ideológicos que hay detrás de la educación, no tendremos un buen sistema educativo, capaz de dar respuestas a los desafíos y problemas actuales. Este master ha ido mejorando desde su implantación precipitada y caótica en el año 2009, hasta la presente edición, aunque aun hay aspectos que se podrían pulir y mejorar.

    Otro aspecto a mencionar y que en el master se nos ha sido repetido mil veces, es el aspecto vocacional de esta profesión, pero a mi modo de ver para tener vocación y voluntad de dedicarse a esta profesión tiene que existir posibilidades de poder dedicarse a la misma. Podría asegurar que ningún alumno que haya terminado este master desde 2009 está ejerciendo la profesión, exceptuando algunos casos en escuelas/institutos privados y como muy pronto hasta 2015 según la información que tengo, y que no sea más tarde, tampoco lo podrán hacer. Estos ataques que está sufriendo este sector por parte de la administración están trayendo y traerán futuras consecuencias muy difíciles de preveer a día de hoy. Simplemente apuntar que muchos profesionales muy bien formados y que ejercerían esta profesión de una forma inmaculada se están perdiendo o buscando otros campos donde poder ganarse la vida.

    Para concluir mi comentario decir que la formación del profesorado y el debate sobre la misma es muy importante, pero es útil formar a un profesorado que a corto/medio plazo no podrá acceder a la docencia y cuando lo haga lo hará en unas condiciones bastantes penosas. Con esto pretendo abrir un nuevo debate en la sociedad, si es que no está abierto ya, sobre el modelo de sistema educativo que queremos para nuestra sociedad. Cuando se construye una casa, se presta mucha atención a los pilares que, al fin y al cabo, es el elemento que sostendrá la edificación, y las paredes interiores de la casa son un elemento importante, pero juegan un papel secundario. A nadie, con dos dedos de frente, se le ocurriría construir una casa comenzando por los elementos interiores sin prestar atención a aquellos elementos que sostendrán lo que estamos construyendo. Ya que puede ser que se sostenga durante un periodo de tiempo, pero seguro que pronto o tarde acabara cayendo. Este símil podríamos aplicarlo perfectamente a la educación actual en España.

    Mario Francés Garcia
    Alumno del "Màster Universitari en Professor/a d'Educació Secundària" a la Universitat de València

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    1. Hola a todos, soy también alumna del Máster de formación del profesorado en la especialidad de Ciencias Sociales en la Universidad de Sevilla, y como todos vosotros me gustaría aportar mi reflexión, para seguir ampliando la riqueza de este debate que tenemos abierto aquí, en este pequeño foro, y en nuestra sociedad en general.
      Es cierto que el tema es amplio y complejo, y que las necesidades a atender y responder son muchas, mezclándose las del alumnado, las del profesorado y las de la sociedad en la que ambos grupos vivimos. Es por esto que me uno a la dificultad que muchos habéis nombrado de dar realmente con claves concretas que nos ayuden a avanzar en medio de este maremágnum de ideas.
      Sin embargo, sí que al hilo de las anteriores aportaciones quisiera aportar mi reflexión:
      En primer lugar, no sé si estoy del todo de acuerdo con esto de pedir la máxima nota para el profesorado, ya que es uno de los elementos que quienes estamos empezando a introducirnos en este mundo de la educación ponemos en entredicho. Me explico. La formación académica actual está principalmente basada en un sistema de aprendizaje memorístico y tradicional que valora la nota final y no los procesos de aprendizaje -en este sentido resulta interesante el artículo de F. Javier Merchán. (2009). Íber. (Versión electrónica), nº 60: "Hacer extraño lo habitual. Microsociología del examen en la clase de historia"-. Por tanto, no sé si la persona con mayor nota será la mejor preparada para la profesión docente. Es cierto, que estoy de acuerdo con que la profesión docente, por su gran responsabilidad social, debería ser mucho más valorada, pero no sé si ese debería ser el camino. Creo, más bien, que es más realista que los futuros docentes vayan creando plataformas de debate y trabajo, que los máster que hoy en día nos habilitan para la profesión docente, sean verdaderas plataformas de lo que dicen ser; de modo que nos vayamos implicando en ellas y vayamos abriendo vías de formación a base de cursos y de apoyo entre quienes apuestan y luchan por un cambio en la educación. Pienso así, por la sencilla razón de que estoy de acuerdo con lo que decís algunos sobre la enésima reforma educativa, que no veo que pueda ser la solución a todo; del mismo modo que dudo que algo así pueda ser obligatorio, como también he leído, ya que creo que hay que "creer" en ello, verlo, ir haciendo experiencia mediante la ayuda de unos con otros, de que otras maneras, aunque difíciles, son posibles.
      En realidad, esta es la experiencia que estoy teniendo en el máster, pues el cursarlo me ha abierto las puertas a una manera determinada de ver y ejercer la enseñanza, a través de gente que está apostando por ello. Y realmente a mi alrededor veo docentes que siguen el método tradicional, porque están quemados, o simplemente porque no se han planteado otras maneras, porque es lo que conocen. Así pues, creo que por orientar hacia un lado más realista este tema de la formación del profesorado, considero que fundamentalmente está en nuestras manos la responsabilidad de apostar y difundir una manera innovadora de enseñanza, mediante la participación activa a charlas, cursos, etc. al terminar nuestro máster. En este punto, me parecía interesante la aportación que alguien hacía de participar en programas de radio, etc. como modo de fomentar esta visión de la educación, que sólo puede crecer desde abajo, desde la implicación del propio profesorado o futuro profesorado, y no desde arriba, desde las instancias políticas, por muy vehementemente que defendamos todos la idea, por otro lado, tan abstracta, de la importancia de la educación en la sociedad.
      Gema de Paz. Alumna de MAES de Sevilla

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  41. Hola,

    Soy licenciada en Hª del Arte y actualmente me encuentro terminando el Máster en Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas (MAES).

    En mi opinión, y en lo referente a España, la cuestión de la formación del profesorado debería contemplar varios aspectos tales como: el conocimiento de cómo aprenden los alumnos (psicología de la educación); el empleo de los métodos adecuados para enseñar (pedagogía), la enseñanza contextualizada en el contexto educativo (sociología de la educación); etc. Es decir, el profesor necesita manejar una serie de conceptos específicos que no se adquieren únicamente con tener una licenciatura. Sería muy interesante -no ya sólo la formación del profesorado contemplada desde una carrera específica, aunque también- sino que en las licenciaturas se contemplase una especialidad para la profesión docente. En España desde luego sería muy útil, y una manera de evitar que personas con una adecuada formación académica en su disciplina, en el momento de tener que “enseñarla” se encuentren con qué no saben cómo afrontarlo. Cierto es que la experiencia, el “método de ensayo y error” puede solventar de alguna manera estos problemas iniciales; pero no podemos dejar que los alumnos sufran las consecuencias de la formación de un profesorado deficiente.

    Como se ha comentado en otras intervenciones, es necesario que la formación del profesorado se convierta en una cuestión de máxima prioridad en un país; al igual que debería serlo la educación, aunque desgraciadamente, muchas veces parece que se convierte en un instrumento político, sometiéndola a continuos cambios que en la mayoría de las veces no suponen mejora alguna.

    De momento, y mientras la situación no cambie contamos con la formación del MAES (antiguo CAP), que al menos proporciona una base importante en la formación docente, aunque, en mi opinión es sólo eso, una base. Al final está en el interés de cada uno continuar esa formación: reflexionando epistemológicamente sobre la materia que va a impartir; actualizando constantemente sus conocimientos e intentando que su materia conecte con el alumnado, con sus propios intereses… para eso, personalmente pienso que hay que tener formación en pedagogía y psicología adolescente y en mi caso concreto (licenciada en Hª del Arte) la manera de adquirir esa formación será mediante lecturas que me aporten un conocimiento sobre el tema. Este es el tipo de conocimiento -pedagogía y psicología adolescente- que pienso, debería incluirse en todas las licenciaturas, al menos de manera optativa.

    En definitiva, en España queda mucho recorrido por hacer en la formación de los profesores, y de momento, tenemos que confiar en que quién quiera dedicarse a la labor de enseñar, tenga predisposición también a “actualizar” continuamente su formación y sus conocimientos.

    Elena Álvarez Benítez.
    MAES. Universidad de Sevilla.

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    1. Considero que dentro de la formación, el profesor debe tener toda una parte teórica, reflexiva, de investigación, etc., pero creo que en la actualidad toda esta parte tiene mucho más desarrollo que la parte práctica, de modo que el docente o futuro docente, está mucho más familiarizado con todo ese mundo teórico, que con el verdadero mundo de los alumnos y el trato con ellos. Creo que es fundamental que la formación cuente con ambos elementos a partes iguales, ya que, si no, trabajaremos el conocimiento con los chavales desde nuestro mundo adulto y nuestras ideas adultas. Creo que la parte practica de cómo tratar con los alumnos está poco trabajada, y el alumno tiene menos herramientas para ello, cuando, como educadores, deberíamos tener muy desarrollada la capacidad de relación, de ser referente, pero ser cercano, de cómo marcar límites sin ser impositivo, etc. En mi opinión, estamos más formados para pensar sobre nuestro mundo profesional del profesorado, etc. que en cómo ponernos ante otros, en pensar para los otros, para los alumnos. Deberíamos tener constantemente en la cabeza a quienes tenemos delante, y desarrollar más este ámbito en nuestra formación junto a todo el ámbito teórico y de reflexión. Si bien es cierto, toda esta parte practica de nuestra formación ha ido mejorando y se ha ido ampliando, pero igual que compartía más arriba en mi reflexión anterior, creo que también está en nuestras manos el buscar experiencias que nos permitan ponernos ante los chavales, ya sea como monitor de actividades, voluntariados, etc. Es verdad que hablo desde mi experiencia, pero considero que este tipo de actividades nos permiten adquirir experiencias de trato con ellos, que al no estar sujetas al ámbito académico son más flexibles y nos permiten mayor margen de ensayo-error en el que aprender a desenvolvernos.
      En definitiva, cada uno de nosotros podría seguir profundizando en los mil temas abiertos sobre la mesa, pero me parecía interesante centrarme en esta par de temas y aportar desde ahí nuevas perspectivas y reflexiones.
      Muchas gracias a todos y ánimo con todo lo que juntos tenemos entre manos. Un saludo.
      Gema de Paz Martínez. Alumna MAES Sevilla.

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  42. Buenas tardes a todos:
    Soy Pedro Carmona Retamar, licenciado en Historia y estudiante del MAES en Sevilla. En primer lugar quisiera agradecerle a mi amigo Ricardo Amaya sus reflexiones y su acertada elección de relacionar la educación con un grande de la cultura como Paco Ibañez.
    En cuanto a la pregunta que se formula de cómo formar al profesorado, es aslgo que no se puede responder poniendo peroodizaciones. Un docente nunca acaba de formarse. Pero para un principio veo bien la necesidad del master en educación, aunque opino que dentro de las facultades donde se contempla la enseñanza como salida, debiera haber algún itinerario en el que hubiese asignaturas de enseñanza impartidas por especialistas en educación. No puede ser que cuando se llega al MAES los alumnos nos encontremos con bastante desconocimiento en torno a qué es la enseñanza.
    Pero como como algunos compañeros han afirmado creo que lo más importante es que el profesor de Ciencias Sociales acuda a la reflexión y a la búsqueda de herramientas referentes a cuestiones pedagócias y a cómo enseñar Ciencias Sociales. Esto resulta de que una persona que tenga una base (adquirida en una facultad de Gª e Hª)necesita preparar bien un contenido que sabe donde buscarlo. Aún partiendo de que cualquiera no puede dar clases de Ciencias Sociales, hay que admitir que lo ´verdaderamente relevante está en conectar con los alumnos, el hacer tu discurso comprensible para estos e intentar sacar y mostrar el sentido práctico de las Ciencias Sociales. Estas ya llevan implícita su necesidad para la sociedad, pero aunque el contenido es importante y debe existir, puede ser que muchas veces el profesor sea más amante de la disciplina en cuestión que de su labor docente y llene sus aulas con un ejercicio de erudición que a veces cansa al alumno por ser inaccesible o complicado para él.
    Esto es algo que personalmente he notado en las prácticas donde, aún teniendo en cuenta esto, he caído alguna vez en este error. Por ello creo que es importante el conocer bien la disciplina, pero pienso que tras cinco años de profundo estudio en ella hemos de investigar en cuestiones que nos permitan una conexión real con las necesidades del estudiante y no pensar que sabiendo mucho contenido mejor profesor se es. Si bien este ha de conocerlo bien podría ser crítico en una revista, escritor, conferenciante,etc. Pero la respuesta a cómo formar a un buen docente, para mí, está en formarse principalmente como educador y estar abierto durante toda la vida profesional a renovaciones o cambios de estrategia aunque las cosas no vayan mal.
    Para finalizar he de confesar, que aún habiendo querido ser siempre profesor, tenía en mi cabeza que la investigación educativa era algo poco interesante y de segunda. ¡Que prepotentes, insustanciales y reduccionistas somos a veces!¡Podemos llegar a parecernos a esos que dicen que la Historia no sirve para nada! Me alegro de estar enganchándome a un terreno tan complejo como este donde parece que todos los días vas por una cuerda floja. Este factor de riesgo lo hace apasionante. Un saludo a todos. Entraré muy a menudo por aquí, debo decir que no conocía el foro.
    Pedro Carmona Retamar. MAES, Sevilla.

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  43. Luis León Maestre. Licenciado en Historia por la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, y alumno del MAES, perteneciente a la misma Universidad.

    ¿Cómo formar al profesorado teniendo en cuenta la realidad actual de la enseñanza en España? ¿Y en otros países? Muchas veces olvidamos, o no tenemos en cuenta, que el profesor que se inicia en su profesión lleva a sus espaldas un bagaje de más de dos décadas en las aulas, aunque sea desde la perspectiva del alumno. ¿Se puede decir entonces que el docente lleva toda su vida formándose en la enseñanza? El estudiante analiza con detenimiento su universo escolar, es decir, el centro educativo, sus profesores, la enseñanza que recibe, la atención que se le presta, el trato recibido, etc., en definitiva, un “qué me gusta y no me gusta del colegio”, básicamente porque la escuela le ocupa más de un 50% de su vida diaria, tanto en su etapa infantil como en la adolescente. Y es más, al futuro docente habría que añadirle una etapa adulta, inserta en el periodo universitario. Por tanto el educador no puede obviar que gran parte de su vida la ha pasado en el mismo lugar en el que desarrollará su vida laboral.
    En absoluto esto quiere decir que el docente olvide o rechace una formación que es totalmente necesaria durante su etapa profesional. La educación requiere de un aprendizaje continuo, tanto externo, como puede ser la asistencia a cursos o a otros centros educativos, asistencia o participación en foros de debate, lectura de revistas científicas o manuales de enseñanza, interactividad con colegas de profesión, etc.; como interno, realizando una evaluación propia bajo unos objetivos marcados, o pidiendo la opinión de nuestros alumnos.
    Sin embargo, el profesorado apenas ha recibido formación previa a cómo tiene que realizar su profesión. En líneas anteriores se ha comentado que el profesor lleva consigo un bagaje de décadas de aprendizaje como alumno, y que posteriormente se puede seguir formando a la vez que desarrolla su labor docente; pero hay una interfase que ha sido obviada y maltratada desde la administración, y que posiblemente sea la más importante de todas: la “transformación” de un licenciado a un educador. En España, desgraciadamente, esta etapa lleva décadas mal planteada, aunque se están poniendo las bases para que en un futuro se revierta la situación. Durante el MAES conocimos que en otros países, como Brasil, al educador se le forma desde la licenciatura, si la persona en cuestión toma como vía la docencia. Sin duda, éste puede ser un buen camino para la formación del profesorado. Asimismo, otra opción sería que las prácticas actuales se alargaran más en el tiempo, quizá durante todo un trimestre o curso escolar. Resultaría fantástica la experiencia de estar con los alumnos más de 12 horas lectivas, aunque para ello se tendría que reducir la carga teórica dentro del MAES, lo cual no resultaría difícil si se siguen empleando algunos de sus cursos para enseñanzas realmente absurdas.
    Así, pues, el docente nunca debe olvidar que más de 20 años los pasó dentro de una clase, para así no repetir los mismos errores que cometieron con él. Igualmente su formación pre-laboral como docente debe ser ampliada, ya sea durante el graduado o en el mismo MAES. Y por último no debe caer en el error de que una vez conseguida la plaza su formación ha concluido, es más, quizás esta sea la etapa donde debe incidir más en su aprendizaje.

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  44. Elena Alonso. Licenciada en Historia. MAES. 2012/2013. A mi parecer, la base esencial de la enseñanza al profesorado es la práctica del futuro docente en el aula de un Instituto o Colegio. Personalmente, del MASTER de profesorado de educación secundaria por la Universidad de Sevilla, pienso que debería contar con unos meses más de práctica que de teoría.sin embargo, de las asignaturas que hemos impartido en dicho Master, algunas nos han servido como base pedagogica para tratar a los Alumnos.

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    1. hola Elena.
      Yo tambien pienso igual en cuanto a que la base de la enseñanza del profesorado es la práctica. A pesar de que en el Master se nos haya dado clases teoricas sobre la juventud y los cambios que se dan en esta época, y por supuesto como realizar y llevar a cabo una clase, no hay mejor forma de que un profesor se forme que dando clases. La practica es una parte esencial para aprender a "defenderse" en el aula, saber como reaccionar a los hechos que se den, como tratar a los distintos alumnos, etc. y esto sólo se consigue impartiendo clases. Por eso, en mi opinion, creo que se debería de ampliar las horas de practicas en los institutos. La formación no es sólo teoria, la mejor es la practica.

      Noelia Caro, Licenciada de Historia.MAES 2012/13, Sevilla

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  45. Hola a todos y a todas.

    Soy Diego Caballero, alumno del Máster de profesorado de la Universidad de Sevilla de la especialidad Ciencias Sociales. También soy Licenciado en Historia por la misma Universidad.

    Sobre mucho se ha debatido en este foro en cuanto a la formación del profesorado de Ciencias Sociales. Es realmente interesante contrastar las diferentes visiones sobre un mismo tema de compañeros de muy diversos lugares. Algunos habéis apuntado una cuestión que creo fundamental: el compromiso. Sobre este aspecto versará mi aportación.

    No todas las profesiones requieren altas dosis de compromiso, sin embargo creo que el docente ha de tener un profundo grado de implicación con su trabajo. La educación es uno de los grandes valores de la sociedad, y el óptimo desarrollo de aquella es el beneficio inmediato de ésta. Por ello, aquellos que se dedican a este oficio deben ser conscientes de que tienen en sus manos una importantísima tarea con la que han de estar comprometidos. ¿Y qué significa es estar comprometidos como educadores? Para mí es sencillo. Significa no entender el trabajo como una profesión que finaliza al término de la jornada laboral y cuyas únicas obligaciones son las que marcan las ambiguas leyes, sino entenderlo como una labor en la que prima el aprendizaje y la formación de los alumnos y alumnas por encima de las rigideces legales y horarias. Y creo también que la innovación de calidad y con sentido entra dentro de este compromiso, pues la educación debe avanzar hacia nuevas propuestas dejando de lado aquellos añejos pensamientos y prácticas pedagógicas que han dado poco resultado y tan sólo rescatando los que de verdad han supuesto una mejora en los procesos de enseñanza-aprendizaje.

    Y en este punto deberíamos preguntarnos ¿el compromiso puede enseñarse desde las aulas de una Universidad? Es cierto que cuando hablamos de compromiso en educación nos referimos a una cuestión ética que es difícil inculcar en personas adultas que ya tienen formado una suerte de código deontológico personal. No obstante, lo difícil no es imposible. Una buena praxis docente por parte de los profesores del Máster y un ejemplo adecuado por parte de los tutores de prácticas en los institutos harán reflexionar, a buen seguro, al alumnado que no comtempla la implicación y el compromiso como aspectos fundamentales en la educación.

    En suma, el compromiso es necesario entre los educadores. El balón está en el tejado de los profesores de las Facultades de Ciencas de la Educación que han de saber transmitir a los estudiantes estos imprescindibles valores éticos.

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  46. ¡Buenas tardes a todos!

    Soy Araceli Giráldez, alumna del Master de formación del profesorado y Licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla.

    Han aparecido en este foro numerosas aportaciones bastante interesantes. A ellas, quisiera unir mi reflexión personal sobre la formación del profesorado en España, tomando mi experiencia personal en el MAES de Sevilla como base de mis argumentaciones.

    En estos días en los que otra nueva Ley de Educación es objeto del debate político, quisiera llamar la atención sobre el fenómeno de la privatización educativa a la que parece que se dirige el sistema educativo español. El master que todos estamos cursando, es a mi parecer, un claro ejemplo de ello.

    En términos de mercado, la relación calidad-precio del mismo deja mucho que desear. Me resulta extraño que en apenas unos escasos cuatro meses, un alumno esté preparado para ser Profesor. Se trata de una enorme responsabilidad, pues en nuestras manos caerá la formación académica, y personal, de los chavales que serán los ciudadanos del futuro.
    Se necesita más, bastante más.

    Igual que tiempo, se necesita experiencia práctica. Se dice que la profesión del profesor es como la de un artesano, que se aprende poco a poco y al lado del buen maestro. Creo que esto falta también en la formación del profesorado, un buen aprendizaje práctico, pues en ocasiones, he percibido un enorme abismo entre la teoría, que parece quedar en el marco de la utopía, y la práctica.

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    1. Estimada Araceli, creo que entender un máster o un curso de formación cualquiera como aquello que permite incorporar el saber etéreo que en este se trabaja, en la identidad de la persona y en su práctica diaria, es en cierto modo un poco aventurado. Creo que el MAES se debe considerar como un punto de partida, pero el camino de formación no acaba nunca, que se lo pregunten a Paco García o a Xose M. Souto, por ejemplo. Es el primer momento en el que hay una toma de contacto con la profesión, desde el punto de vista teórico y práctico. Durante toda nuestra formación en el ámbito educativo formal, aprendemos (o eso se presupone) a saber interpretar la realidad para participar en ella. Después nos formamos específicamente en un campo del saber (Diplomatura, Licenciatura, Grados…), la mayoría de nosotros en las ciencias sociales. Y, ¿después qué?
      El MAES rompe con esa dinámica. Se trata de cambiar el rol de alumno, habitualmente pasivo por el modelo de aula y enseñanza-aprendizaje, a profesor quien es el responsable de lo anterior. Un cambio fuertemente influenciado por la imagen que hemos tenido como alumnos de la educación, como comentábamos en el artículo de IBER. En este sentido, el MAES nos ayuda a empezar a formar nuestra identidad como docentes, no creo que se deba entender como la fórmula mágica para triunfar en el mundo educativo, ni este ni ningún curso de formación actual o anterior. Creo que esto se comenta explícitamente en el MAES y si no debería de hacerse.
      El MAES, a mi forma de entenderlo, nos debe de servir para pensar de una forma determinada la acción y profesión docente. Una forma encaminada a la investigación constante para la mejora de la calidad educativa, lo cual requiere una implicación y una predisposición a ser dinámicos y constantes. Coincido, no obstante, con la necesidad de un periodo de prácticas más largo, en mi caso fue sólo de un mes y medio, fuimos la probeta de la primera generación. También creo que estas en lo cierto cuando hablas de la falta de contacto con experiencias prácticas ligadas o más coherentes lo que tu llamas utópico, que yo no creo que lo sea tanto aunque sí minoritario. En cualquier caso no hay que desanimarse y creer en las “utopías” para romper inercias y dinámicas que no mejoran la educación, a través de hacer las cosas de forma diferente aportaremos nuestro granito de arena a la mejora en la calidad educativa.

      Odiel Galán Olcina
      Master Investigación Didácticas Específicas, Valencia

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  47. Buenas tardes, soy Sandra Guerrero alumna del Máster MAES de la Universidad de Sevilla y Lda. en Geografía por esta misma universidad.

    Como he podido ver en algunos comentarios anteriores, y comparto esa misma opinión, el tipo de profesor que necesitan hoy día los alumnos es un profesor cercano, el cual muestre empatía, que facilite e incentive una actitud crítica en sus estudiantes, que los motive, que haga más cercanos todos los contenidos que quiera trabajar en clase a la realidad de los alumnos, etc.

    Debo decir que, aunque no tengo apenas experiencia en el campo de la educación, pues como he dicho soy alumna del Máster de Formación del Profesorado, pienso que la formación de los mismos está mejorando pero aún queda mucho por hacer ya que, como también se ha dicho en otras opiniones, los profesores son los encargados de la formación de los ciudadanos del futuro.

    Y en lo referente a este Máster en particular estoy de acuerdo con las opiniones de los compañeros en que las prácticas deben ampliarse para poder ver mejor, nosotros, los futuros docentes, si realmente es eso lo que nos gusta, si nos sentimos capacitados para desarrollar esa importantísima labor que es la docencia.

    Un saludo.

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  48. Quiero agradecer a todos/as los/as participantes en este rico debate sus aportaciones en relación con la formación del profesorado, en especial a mis alumnos y alumnas del Máster de Secundaria de Sevilla (tanto a la mayoría, que intervinieron en la oleada de abril, como al resto que está interviniendo en estos días). Ha habido reflexiones sinceras, valientes, lúcidas... y aportaciones de mucho interés, que merecen seguir siendo debatidas, porque este asunto de la formación del profesorado es -como habréis ya comprobado- un asunto complejo, con muchas facetas y componentes, y no resulta fácil establecer recetas ni se debe tampoco realizar descalificaciones injustificacdas ni elogios sin fundamento; hay que pensar bastante, hay que madurar, hay que matizar... Muchas de las aportaciones que han aparecido merecen seguir comentándose, pero ya se han dicho muchas cosas y tampoco quiero cansar con el debate. En todo caso, por comentar una, me preocupa un poco que haya aparecido en muchas intervenciones una contraposición, quizás algo simplificadora,de la práctica frente a la teoría, sin más matices, como si la práctica fuera la única realidad y la teoría algo inventado. Sé que se tiende a establecer este contraste cuando uno/a se sumerge en la práctica docente y tiene la posibilidad de vivir desde dentro una realidad rica y llena de matices, como es la enseñanza, sobre todo cuando ello ocurre tras haber tenido algunas -espero que no todas- experiencias poco satisfactorias de clases universitarias algo especulativas y desconectadas de los problemas reales, pero creo que no debemos olvidar que en lo que se suele llamar "práctica" también hay teoría -lo que ocurre es que muchas veces la práctica "practicista" está orientada por teorías rutinizadas, generadas en el contexto de la cultura escolar dominante, de forma que es una práctica poco reflexionada y no sometida a juicio- y en lo que se suele llamar "teoría", si es buena teoría, también hay una práctica que ha servido de fundamento y apoyo para llegar a esa teoría. Por tanto, las relaciones entre teoría y práctica merecen ser repensadas, entre otras razones porque depende de qué práctica y de qué teoría estemos hablando. Para seguir pensando y debatiendo... Paco García

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    1. Tan sólo quiero incidir en este asunto que ha planteado PAco y que se repite en Valencia año tras año: las relaciones entre teoría y práctica en el MAES.
      Coincido con F. García en que no es posible "leer" la práctica sin ojos teóricos. En las puestas en común que hemos hecho del Practicum sólo era posible alcanzar conclusiones de la observación en el aula cuando disponíamos de un modelo de lectura, cuando escrutábamos bajo las apariencias de las relaciones entre las personas y el saber escolar.
      Sin duda es necesario que el Practicum se prolongue por más de un trimestre escolar. Siempre me ha parecido que el modelo que existía en Portugal de un año escolar entero con Prácticas remuneradas era el modelo ideal. Pero para analizar las innovaciones que evitan caer en las rutinas, que tanto se han criticado en este Foro, es necesario disponer de instrumentos teóricos y disponer de lugares comunes para contrastar nuestros argumentos.
      Me alegra que estos Foros hayan dado lugar a unas importantes reflexiones sobre los enfoques de la práctica docente, pero ello debe ser valorado en relación a las reflexiones teóricas que se han realizado en las aulas del MAES.
      Por último desear que las personas que habéis participado en estos debates podáis mejorar la profesión docente no sólo como característica académica, sino sobre todo social, para combatir la falta de autonomía crítica que se observa en las opiniones vulgares
      Xosé M. Souto

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  49. Hola buenas, soy Esteban León, alguno ya me conocéis, compañero de fatigas y de batallas en el MAES de la Universidad de Sevilla, escéptico desde un principio hacia él y crítico con conocimiento de causa tras haberlo cursado. Leyendo el artículo de la revista IBER, siguen persistiendo muchos de esos “des” de los que se hablan en él, al menos en el máster de la Universidad de Sevilla, un máster que, por desgracia, poco me ha aportado formativamente a excepción de honrosísimas excepciones como los casos de Paco García y Nico De Alba, que más allá de compartir o no compartir al 100% sus ideas y postulados, si han impartido una asignatura preparada a conciencia y con verdadero interés por nosotros, los alumnos, y no se han limitado a hacer meros pastiches y refritos plasmados en powerpoints (alguno de ellos mal maquetados o incluso con faltas de ortografía) como ha sucedido en muchas otras materias. Gracias a su asignatura he conseguido al menos de paliar en parte la sensación de pérdida de tiempo y de dinero que me estaba suponiendo el máster. Resulta paradójico que las asignaturas de este curso de aptitud profesional reconvertido en postgrado estén impartidas por profesionales no se toman en serio la enseñanza, que actúan con una desidia y una falta de preparación sonrojante, o que incluso faltan el respeto a los alumnos. Personalmente, si de algo me ha servido el MAES, salvando algunas excepciones como ya he mencionado, es como ejemplo de lo que no hay que hacer como profesional de la docencia.
    No quiero que esto sea entendido como una crítica furibunda, sino todo lo contrario, como una aportación constructiva, una llamada de aviso (o de socorro) para que el máster deje de ser un simple trámite, un trance engorroso y tortuoso en busca de un certificado y se convierta realmente en una titulación con el poso académico y el prestigio que se merece. En otras palabras, que el MAES se convierta en una titulación con entidad propia, impartida por profesionales comprometidos y conscientes de la importancia de la enseñanza y al margen de los juegos de despachos y del chalaneo de créditos entre departamentos, en donde la formación de los futuros docentes queda relegada a un último plano. Hasta que el máster no sea tomado en serio por la Universidad, difícilmente pueda conseguirse un producto de calidad en su conjunto más allá de excepciones aisladas de determinados profesores o asignaturas.
    (Continúa...)

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  50. (Continuación de Esteban León)
    Pero no todo han sido enfados y frustrantes peleas contra molinos de viento en este máster, también he conseguido sacar en claro varias ideas y conclusiones que me gustaría compartir con los aquí intervinientes. Lo primero que deberíamos cuestionarnos a la hora de afrontar nuestra futura labor como profesores debería ser ¿por qué las Ciencias Sociales? ¿Por qué y para qué? Solo una vez que nos planteemos eso y consigamos respondernos a nosotros mismos, solo entonces podremos saber de qué manera plantear nuestra docencia, que sentido darle, cual es la metodología más adecuada para llevarla a cabo. ¿Queremos un grupo de alumnos desconectados de nuestra asignatura, exceptuando algún caso de joven que sienta vocación por la materia? ¿Queremos chicos y chicas que lo único que nos pregunte es que si cual o tal epígrafe entra en el examen? ¿Aspiramos a que solo sean meras enciclopedias humanas que el día de mañana ganar algún concurso de televisión? Entonces que no quepa la más mínima duda, continuemos con el tradicional método transmisivo, basando nuestra asignatura en un contenido exclusivamente disciplinar. Pero si queremos que nuestros alumnos y alumnas vean en las ciencias sociales algo útil para desenvolverse en la vida, apegado a la realidad, a su tiempo y a su mundo, debemos reenfocar nuestra asignatura, tanto sus contenidos, la organización de los mismos y la metodología empleada, en definitiva, tenemos que innovar y abstraernos del aplastante peso de los modelos tradicionales.
    Pero, llegados a este punto, deberíamos hacernos otra pregunta. Innovar sí, pero ¿cómo? ¿Hasta qué punto? Porque desgraciadamente, no vamos a dar clase en la isla de Utopía, tendremos que enfrentarnos con el mundo real, con estructuras administrativas y mentales muy consolidadas, con falta de recursos, con compañeros y alumnos recelosos ante cualquier novedad… Por ello, sin renunciar a ser ambiciosos, a la hora de plantear un modelo innovador debemos ser realistas, tener los pies en el suelo, y adaptarnos a las circunstancias. Además personalmente, pienso que la innovación tiene un valor muy relativo, puesto que por ejemplo, para un determinado contexto educativo, con unos alumnos de nivel sociocultural medio-bajo, el simple hecho de, por ejemplo, introducir como recurso metodológico el tratamiento de prensa o de otros tipos de medios de comunicación puede resultar un avance muy significativo que quizás en otro contexto pudiera resultar irrelevante. En otras palabras, como diríamos de manera coloquial, hay que empezar a construir desde los cimientos, y no querer llegar al tejado desde el primer momento.
    Un saludo a todos.

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  51. Hola soy un alumno del Master MAES, y después de haberlo cursado me llama la atención lo poco que le importa a la administración, la universidad y la sociedad en general, en manos de quien recae la formación de los futuros docentes y consecuencia lógica de las futuras generaciones.
    Es increíble que no se nos forme en enseñanzas bilingües en pleno siglo XXI y en un marco europeo(no en el idioma gramaticalmente, sino en como afrontar una hora de clase en ingles con garantías, algo que es todo un reto) , lo poco que se nos forma en gestión de grupos humanos, como afrontar un proceso de tutorización, como ser buenos comunicadores (algo en mi opinión absolutamente fundamental etc).
    Dejando a un lado esta crítica a la formación del profesorado, que no al Master MAES, quisiera resaltar por último la importancia de la profesionalidad en el aula, y la implicación,algo que creo que se ha comentado ya a lo largo de este foro.
    Me parece el compromiso, un valor muchísimo más fuerte e importante que la tan manida en el sector de la educación, VOCACIÓN.
    Es necesario tener un compromiso no solo con los alumnos, sino con los contenidos y las disciplinas que se dan, ser capaces de estar actualizados y conectados con lo que pasa en el mundo y saber aplicarlo en el aula, y no dejarse llevar por los itinerarios curriculares o los libros de texto, pero eso si aportando soluciones y propuestas claras y concretas y no divagando, algo que creo que es muy común en las Ciencias Sociales y en el sector educativo en general.
    un saludo. Jesús

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  52. Hola soy un alumno del Master MAES, y después de haberlo cursado me llama la atención lo poco que le importa a la administración, la universidad y la sociedad en general, en manos de quien recae la formación de los futuros docentes y consecuencia lógica de las futuras generaciones.
    Es increíble que no se nos forme en enseñanzas bilingües en pleno siglo XXI y en un marco europeo(no en el idioma gramaticalmente, sino en como afrontar una hora de clase en ingles con garantías, algo que es todo un reto) , lo poco que se nos forma en gestión de grupos humanos, como afrontar un proceso de tutorización, como ser buenos comunicadores (algo en mi opinión absolutamente fundamental etc).
    Dejando a un lado esta crítica a la formación del profesorado, que no al Master MAES, quisiera resaltar por último la importancia de la profesionalidad en el aula, y la implicación,algo que creo que se ha comentado ya a lo largo de este foro.
    Me parece el compromiso, un valor muchísimo más fuerte e importante que la tan manida en el sector de la educación, VOCACIÓN.
    Es necesario tener un compromiso no solo con los alumnos, sino con los contenidos y las disciplinas que se dan, ser capaces de estar actualizados y conectados con lo que pasa en el mundo y saber aplicarlo en el aula, y no dejarse llevar por los itinerarios curriculares o los libros de texto, pero eso si aportando soluciones y propuestas claras y concretas y no divagando, algo que creo que es muy común en las Ciencias Sociales y en el sector educativo en general.
    un saludo. Jesús

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  53. Hola, soy Inma Salguero estudiante del Máster de Profesor de Secundaria de la Universidad de Valencia en la especialidad de Geografía e Historia. Tras la lectura de los numerosos comentarios de nuestros compañeros del Geoforo he observado que somos muchos profesores y aspirantes a profesores que queremos el cambio en el sistema educativo –y derivado de ello, la formación del profesorado- por el bien de nuestros futuros educandos. Sin embargo, nos enfrentamos a cuantiosos problemas de toda índole. El primer problema y uno de los más importantes, al menos desde mi punto de vista, es la vinculación de la educación con la política, necesitamos desvincular ese tradicional lazo de política y planes educativos que hacen de la educación una cosa de quita y pon dependiendo del color político del momento, que la usan como arma política para modificar conciencias y moldear a su antojo las perspectivas y aspiraciones de una sociedad. Mientras legislen sobre educación tecnócratas que no entienden o no son especialistas en educación, que no consideran la educación como base del futuro de una sociedad y que nos venden otra educación con propaganda de mejoras que solo responden a los intereses de instituciones transnacionales que mercantilizan la educación, tenemos mucho camino perdido. Pero, como este foro es el de la formación de profesorado se podría mencionar las carencias que tenemos en España y que muy bien han aducido los compañeros del Geoforo. Una carencia primordial, es la inexistencia de formación didáctica y periodo de prácticas durante la formación disciplinar, tal como aduce Ricardo Luis Amaya, ¿por qué formar a investigadores en Historia si se van a dedicar a la docencia?; desde mi punto de vista, debería haber una ramificación en la formación disciplinar que encaminara hacia la docencia para aquellos que la eligieran, es necesario que todo aquel que se dedique a la docencia, independientemente del nivel donde lo hagan, reciban nociones de didáctica de la disciplina que está impartiendo. También, se debería añadir, tal como indica Rafael de Miguel, el PIR, como el MIR de los médicos, puesto que el sistema para obtener una plaza pública de profesor se limita a un examen teórico, por lo tanto no se evalúa si realmente eres válido en la práctica, entre otros elementos que no se evalúan y que son necesarios para ser un docente, en especial me refiero a la formación ética y deontológica que afirma Rafael de Miguel, hoy en día hay muchos profesores que sí que están comprometidos con la educación y su verdadera función, están comprometidos con la renovación e investigación para la mejora de la práctica educativa, etc. Sin embargo, contamos con la otra parte del profesorado que una vez obtenida su plaza ya no hace nada más, puesto que ya ha conseguido lo que quería, esa era su meta y lo demás queda relegado; se debe cambiar las formas de acceso a la plazas públicas de profesorado, no podemos tener un profesorado en nuestras aulas que necesita mirar la nómina todos los días para recordarle el motivo por el que es profesor. (sigo en otro comentario).

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  54. (continua del anterior comentario) Necesitamos un profesorado formado y comprometido con la renovación, la educación de hoy no es la misma de hace veinte o treinta años y sin embargo, continúan las viejas tradiciones escolares donde parte del profesorado no se ha dado cuenta o no quiere darse cuenta que éstas ya no tienen cabida en esta nueva sociedad que muchos denominan postmoderna y es verdad, ¿de qué sirve seguir transmitiendo información como siempre se ha hecho si hoy la información se tiene al alcance en cualquier momento? y además, hoy en día la información ya no es suficiente si no generamos conocimiento y recojo al sociólogo alemán Beck que aduce que hoy en día lo más ansiado es saber dónde buscar información, cómo seleccionarla y procesarla para convertirla en conocimiento y es aquí donde el profesorado tiene un papel relevante puesto que es el que debe formar a ciudadanos que sean capaces de manejar toda la información disponible y generar ese ansiado conocimiento que cambia constantemente a través de la enseñanza de competencias técnicas, sociales y metodológicas. Soy consciente que no es fácil el camino y estoy de acuerdo con Esteban León cuando afirma que tendremos dificultades para cambiar este viejo sistema educativo, puesto que no daremos clases en la isla de la Utopía y que nos encontraremos, tal como dice, con estructuras administrativas y mentales muy ancladas en la tradición y además, a una sociedad que tiene una visión muy tradicional de lo que es la Geografía o la Historia, de lo que debe ser un profesor y de lo que debe ser la educación en general y es aquí donde entra la política y sus usos manipulativos. ¿Por dónde creéis que debemos empezar el cambio? Saludos, Inma Salguero.

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  55. Hola a totes i tots, sóc Anna Muñoz del Màster de Professor/a en Educació Secundària.

    Ya se han hecho muchas intervenciones interesantes sobre los problemas con que nos encontramos tanto en la formación inicial como en el Sistema Educativo español en general.
    Mi intervención la centraré en el Máster de Professor/a. Pienso que muchos profesores han tenido que oír duras críticas al Máster en sus aulas y no acaban de entender los motivos de los alumnos. Por tanto, me gustaría reflexionar sobre por qué la mayoría de los alumnos que han cursando masters de profesorado no muestran demasiado interés. Para comenzar hablaré de los factores circunstanciales que influyen en los alumnos que han pasado hasta ahora por el máster. Para comenzar, tenemos que tener en cuenta que el máster se ha impuesto a un grupo de alumnos que aún formaban parte del Plan 2000, son licenciados, lo que supone cinco años de carrera. Por tanto, se han visto obligados a cursar un año más de estudios, pagando 1000€ para poder opositar, preguntándose además cuando convocarán oposiciones. Por otro lado, la asistencia obligatoria dificulta mucho la compatibilidad con el trabajo, para aquellos que puedan disfrutar de tenerlo, y imposibilita compatibilizar los estudios de máster con otras actividades debido a la dedicación completa que se exige.
    A continuación, pasaré a hablar sobre factores relacionados con las dinámicas escolares. La mayoría de los alumnos que cursamos el Máster en Profesor/a hemos pasado por la escuela pública, del estado, y nos hemos encontrado con unas dinámicas docentes que bien podrían encajar en el siglo XIX. En nuestra vida escolar lo más importante era pasar el examen, saberte la lección o tener hechos los ejercicios cuando te preguntaba el maestro/a. Toda esta tradición docente ha calado entre nosotros y nos hemos terminado por creer que lo que importa es lo que se enseña y no cómo se enseña. Además hemos pasado por la universidad, lo que nos ha permitido pasar cinco años más delante de profesores/as que se suben a una tarima, sueltan su sermón y desaparecen. Por tanto, hemos de tener presente que todas estas vivencias han calado entre el alumnado, que cuando lo obligan a formarse como profesor no acaba de entender para qué tiene que pasar un año hablando sobre metodología, ideas previas o unidades didácticas.
    Espero haber podido trasladar mi idea adecuadamente. A partir de esta reflexión sólo me gustaría acabar diciendo que es muy importante cambiar la mentalidad, darnos cuenta de que la educación que hemos recibido no nos ha permitido emanciparnos y que es hora de cambiar las cosas. Para que así nuestros futuros alumnos no tengan las mismas barreras que nosotros.
    Para comenzar a crear mi identidad profesional a mí, afortunadamente, me han ayudado algunos profesores del Màster de Professor/a en Educació Secundària de la Universitat de València, espero que todos hayáis tenido la misma suerte!

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  56. Hola a todos, somos dos alumnas del Máster de Profesorado de Secundaria de la Universidad de Valencia de especialidad de Geografía e Historia. Al igual que nuestros compañeros creemos que se debería de modificar la formación de los futuros docentes de secundaria. Hasta ahora, uno de los problemas que se observa es la falta de conocimientos de didáctica o pedagogía que eran dados de forma paupérrima a través del CAP y que en los últimos años se ha ampliado con el Máster de Secundaria. No obstante, realmente ésta no es la opción ideal. Nosotras pensamos que debería de poder haber una línea en la carrera de la que se pudiera obtener formación en didáctica. Al igual que podemos ser especialistas en moderna, prehistoria o contemporánea, se debería poder ser especialista en didáctica, al igual que ocurre en algunos países como es en el caso de Argentina.
    Por otro lado, la otra opción que consideraríamos ideal, sería que al igual que magisterio sirve para formar a los futuros maestros, podría existir una titulación universitaria para formar a los futuros docentes de secundaria y que en ella estuvieran las distintas modalidades de especialización.
    Finalmente, también pensamos que en las oposiciones se tendrían que tener en cuenta otras cualidades como es la vocación o la relación con los alumnos. Para ello se podrían realizar simulacros de clases o alguna prueba similar en la que se permitiera poner en situación al futuro docente y que no fuera simplemente una memorización de contenidos.
    Un saludo
    Esther Pérez Roig y Cristina Rodrigo Pérez
    Alumnas de la Universidad de Valencia

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  57. Hola, me llamo Carlos y soy alumno del Máster de Secundaria en Valencia. Me gustaría, ahora que el Máster ha finalizado, exponer lo que ha sido mi experiencia personal y algunas conclusiones que he extraído.

    Antes de comenzar el Máster de Profesor de Secundaria pensaba, siendo sincero, que no me iba a servir de mucho. Me fastidiaba el hecho de tener que dedicar, después de los cinco años de licenciatura, uno más, cuando antes, en el antiguo CAP, la cosa se despachaba en unas pocas semanas. A esto se añadía el pesimismo de no ver un futuro claro. En suma, consideraba el Máster como un castigo y, al fin y al cabo, un fastidioso trámite, otro más. Pero, ¿por qué pensaba así?

    Quizás pensaba que sólo había una forma de enseñar, la que yo había vivido (y sufrido), y que el trabajo de docente no sería más que una mera reproducción (mecánica) de lo que había observado en mis antiguos profesores. Esta opinión era (y continúa siendo) la general en mi entorno (familia, amigos, etc.), dudando de la utilidad de este Máster y considerando que el trabajo docente es una tarea meramente intuitiva, que no puede ser aprendida. Dicho esto, tengo que decir que esta opinión no se ha separado de mi durante el curso y que muchas de las asignaturas (o la forma en la que se imparten) las considero inútiles para la formación del profesorado, resultando el Máster actual, en general, un curso al que se dedican un exceso de horas que no se rentabilizan en una buena formación. Digo esto porque el número de clases teóricas es, en mi opinión, excesivo, y porque muchas asignaturas se quedan en la más pura teoría, con una total desconexión con la realidad y, en ocasiones, una incoherencia entre lo que se promueve y lo que realmente se hace (¿cómo es posible que nos estén hablando de la necesidad de crear una escuela inclusiva pero que no nos estén preparando en absoluto para ella?). Sólo espero que estos déficits, que se pueden achacar a la juventud del Máster y a su mal planteamiento de base, se vayan solventando con los años. Desde aquí me gustaría hacer una propuesta: reducir el número de clases teóricas y ampliar el tiempo de las prácticas. ¿Por qué no es posible dar al futuro profesorado una formación similar a la de los médicos? ¿Por qué no se establece un sistema similar al MIR? Y no sólo porque lograríamos una mejor formación en el profesorado, sino también porque sería un modo de saber quién tiene vocación y quién no, evitando muchos casos futuros de burnout.

    Ahora bien, dentro de este panorama negativo tengo que reconocer que ha habido asignaturas que han sido muy enriquecedoras. Ha sido el caso de Didáctica de la Geografía. Como decía al comienzo, pensaba que la enseñanza de las Ciencias Sociales no podía ser aprendida. Bastaba con tener unos buenos conocimientos de la materia, dominarla, para poder ser un buen profesor. Y en caso de fallar éstos, ahí estaba el manual para solventar la papeleta. Pues bien, el cursar esta materia me ha permitido cambiar mi punto de vista, abrir los ojos. He conocido otras formas de enseñar las Ciencias Sociales, y no sólo desde un punto de vista pedagógico o metodológico (cómo enseñar), sino también de contenidos (qué enseñar). Realmente ha ocurrido en mí (y creo que en todos mis compañeros) un cambio de paradigma que difícilmente hubiese ocurrido sin haber cursado estas asignaturas.

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  58. Hola, Soy Carmen, alumna del Máster de Investigaión didáctica en Ciencias Sociales, de la Universidad de Valencia. Cursé el antiguo CAP y actualmente comparto algunas asignaturas con los alumnos y alumnas del Máster de Profesorado. Mi visión de ambos cuando los inicié eran exactamente la misma que la que han descrito mis compañeros.
    En primer lugar, quiero dar las gracias porque me he dado cuenta de que estoy rodeada de gente realmente inteligente. Terminado este breve peloteo, voy a coger la ingrata tarea de hacer de abogado del diáblo.
    ¿Realmente el panorama actual es tan dantesco o nos hemos acomodado pensando que la solución tiene que venir desde fuera?
    Alguién me dijo recientemente que nosotros formabamos parte de la élite de un país. No aspiro a tanto. Pero si creo que tenemos un compromiso con la sociedad de la que formamos parte.
    Todas las reflexiones que he podido leer, me parecen válidas, interesantes, apropiadas y me hacen preguntarme ¿No tendríamos el deber de escucharnos y no buscar un profesor homogéneo ideal si no a personas capaces de estar abiertas a otros pensamientos? ¿no es eso la innovación?
    En cualquier profesión, y más en la docencia, es duro sentirse sólo, aislado, e incluso, ser objeto casi de burla, pero si logramos vencer nuestro propio autoaislamiento y la autocompasión tal vez podamos hacer frente a los retos que tenemos en las aulas del siglo XXI.
    La dignidad del docente no tiene que venir de fuera, somos nosotros quienes la hacemos. No podemos esperar que las recetas vengan sólo desde el Máster de Profesorado o desde los cursos de formación, como una única pócima milagrosa. Debemos ser cpaces de arriesgarnos, equivocarnos, en definitiva, de ser autocríticos y saber que podemos ofrecer nosotros como docentes.
    Soy consciente de los problemas y retos que tiene la educación actualmente: la desmotivación del alumnado,la exigencia de cumplir con programas extensos y obsoletos, la falta de recursos y los recortes administrativos, las deficiencias en los Másters para la formación del profesorado o la distorsión entre la realidad de las aulas y lo que se nos dice desde el Máster, las acusaciones a las que se ve sometida la educación pública desde los medios de comunicación y las políticas neoconservadoras, etc. Es fácil, y hasta cierto punto comprensible, caer en la tristeza, el acomodamiento o en la autocompasión, pero no debemos olvidar nuestra labor: Educar a individuos con un pensamiento crítico. Por tanto no renunciemos a ese pensamiento crítico. La integridad de nuestra profesión está en nuestras manos. Tenemos una responsabilidad con nosotros mismos.
    Como siempre les digo a mis alumnos y alumnas, venga una vez más, un poco más.
    Carmen.

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  59. Hola a todos!!
    Me llamo Vicent y acabo de finalizar el Máster de Educación Secundaria en Valencia.

    Hoy mismo he entregado el trabajo final y me gustaría participar en el debate que se ha abierto en este foro, concretamente en relación con uno de los problemas a los que seguramente nos seguiremos enfrentando los futuros docentes: la presión de las PAU, así como Reválidas y demás pruebas de control del aprendizaje que cíclicamente se modifican.

    Para el trabajo he tenido la suerte de poder elaborar un estudio que analiza el impacto de las PAU de Geografía sobre la calidad de la enseñanza, a partir del análisis directo de un muestreo de exámenes de Junio de 2012, de cuyos resultados, junto con la experiencia vivida durante las prácticas en el centro de educación secundaria, he podido extraer algunas reflexiones de las que me gustaría compartir alguna.

    Parece ser que las Pruebas de Acceso a la Universidad, así como las Reválidas o demás pruebas de éste tipo, se han convertido en un instrumento de grandísima presión para los docentes. Tanto incluso que los profesores, deberían reflexionar o al menos ser conscientes, que de seguir adecuando sus clases única y exclusivamente para preparar estas pruebas , en esencia pueden estar condenando a sus alumnos a elegir entre aprobar las PAU o aprender Geografía. Me explico: en mi opinión un profesor nunca debería priorizar el tiempo de clase a preparar estas pruebas, está claro que el factor tiempo es una variable con la que se debe pelear a diario, pero no podemos dedicar la mayor parte del tiempo a “embutir deprisa y corriendo” todos los contenidos necesarios que exigen las pruebas, de lo contrario creo que estamos “creando máquinas” porque no les estamos explicando cómo funciona el mundo, ni cómo aprender a identificarse y desenvolverse en el espacio que los rodea sino que les enseñamos una geografía terriblemente mecanicista, destinada casi exclusivamente para superar las pruebas.

    Si como futuros docentes no nos preocupamos por equilibrar el tiempo que dedicamos a consolidar los contenidos para las PAU, (a menudo desactualizados) con el tiempo necesario para explicarles debidamente el mundo que les rodea, (así como fomentar su espíritu crítico, su interés por descubrir, por comprender y demás valores que se consideran propios de la madurez esperada de un alumno de ésta etapa) en mi opinión no estaremos verdaderamente enseñando, y menos educando porque estaremos priorizando valores cuantitativos en vez de valores humanos, que verdaderamente serán la base de su futuro.

    En definitiva, tal vez si reflexionamos acerca de todo esto y nos preocupamos de verdad por mejorar la calidad de la educación que proporcionamos, al menos podremos intentar no participar en aquel mal de la “Anomía” que anunciaba E. Durkheim (1858 –1917) sobre las sociedades modernas.

    Para terminar, quiero dar las gracias en primer lugar a una compañera de carrera y del máster, que me ha ayudado mucho con sus opiniones, consejos y tardes enteras de debate y tertulia, así como agradecer también la ayuda y la cercanía mostrada por un alumno del máster de investigación pues a su vez, ambos también han estado realizando sus propios estudios para sus T.F.M. y los considero magníficos!!

    Por último y especialmente, quisiera mostrar mi agradecimiento en este foro al profesor que me propuso realizar este estudio y me ha brindado la oportunidad de elaborarlo, pues sin su gran ayuda y asesoramiento a lo largo de mi investigación, no habría conseguido nunca embarcarme en esta experiencia de la que puedo decir con orgullo, lo mucho que he aprendido!!
    Vicent.

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  60. Hola a tod@s,
    Soy Carla Aparici, estudiante de tercer curso de Magisterio de Primaria en la especialidad de Artes y Humanidades, en la Facultat de Magisteri de la Universitat de València.
    Me gustaría compartir también mi perspectiva sobre la actual formación de l@s docentes, centrándome, en mi caso, en el ámbito que más conozco: el de l@s estudiantes de Magisterio, futur@s docentes en centros de infantil y primaria (3-12 años).
    Creo que es interesante aportar esta perspectiva, y que sería enriquecedor que más compañer@s de Magisterio participaran en el foro, ya que la formación recibida por una persona que estudia Magisterio dista bastante de la recibida por una persona que estudia una titulación de carácter específico y realiza posteriormente la especialización correspondiente para ejercer como docente. Por tanto, las aportaciones que puede realizar el estudiantado de Magisterio, tanto en cuanto a motivos, expectativas y experiencias son diferentes y conocerlas nos puede ayudar a comprender la globalidad del proceso de aprendizaje por el cual pasará nuestro futuro alumnado y qué profesionales son los que guiarán dicho proceso en cada momento. Al mismo tiempo, comprender la globalidad del proceso nos ayudará a diseñar estrategias para mejorar el carácter de continuidad que se busca en éste y evitar “el salto” que se produce entre la escuela y el instituto, generado, entre otros motivos, por las distintas procedencias formativas de sus docentes.
    Ya adentrándonos en materia, los estudios de Magisterio, en España, están subestimados por el conjunto de la sociedad y también por l@s universitari@s de otras ramas de aprendizaje. También lo está la propia profesión. Supongo que son dos fenómenos que se retroalimentan. Esto es, evidentemente, negativo ya que refleja cómo está percibiendo una sociedad uno de los pilares básicos de ésta. Respecto a esto, much@s aprendices de maestr@s y maestr@s responden con una actitud defensiva. En mi opinión, hay que desechar, claro está, los comentarios despectivos y las críticas destructivas, pero sí que hay que escuchar, abiertamente, el fondo de todas aquellas críticas –positivas y negativas- que nos ayuden a mejorar como conjunto profesional y, humildemente, reconocer errores y carencias. Debemos ser esponjas en proceso continuo de aprendizaje individual y colectivo, en continuo proceso de reflexión-acción-reflexión. Con humildad, y continua voluntad de mejora, individual y colectiva, podremos transformar; sin ellas, no.
    Uno de los compañeros ha comentado que la nota de acceso a la titulación de Magisterio debería ser la más alta. Comparto que es un modo de revalorizar la titulación y, con ello, la profesión, y también de hacer selección de los profesionales que se ocuparán de tan compleja tarea. Pero me genera dudas. Como ha dicho en respuesta el profesor Souto, en València, por ejemplo, la nota de corte es bastante alta. Y esto, en mi opinión, no es suficiente garantía de que sean las personas más preparadas para empezar los estudios que conduzcan a la docencia. Creo que sobrevaloramos, en este sentido, la relación entre los expedientes académicos y la preparación, sobre todo si tenemos en cuenta qué tipo de habilidades y de procesos de aprendizaje son los que se nos han requerido para tener estas notas. Con ello no digo que esté en contra del criterio de filtrar a través de nota –que es un proceso necesario para poder llevar el trámite de una forma lo más objetiva posible y, en cierta manera, asegurarnos unos mínimos-, sino que no me parece suficiente. Una buena nota no responde siempre a una buena formación y, todavía menos, a una buena preparación para el trabajo en cuestión.
    ¿Cómo podríamos mejorar, entonces, esta formación? Algunas reflexiones:
    (sigo en otro comentario)

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  61. ¿Cómo podríamos mejorar, entonces, esta formación? Algunas reflexiones:
    - Creo que el hecho de haber convertido la diplomatura en grado en nuestro caso ha sido beneficioso, puesto que esto nos permite equipararnos con el resto de titulaciones y poder seguir formándonos después del grado, algo que repercutirá en que, en unos años, tengamos en la Facultad de Magisterio profesorado procedente de la Facultad de Magisterio, algo que no era posible hasta ahora.
    - Creo que debería haber un filtraje durante el proceso de aprendizaje. Durante la titulación tenemos distintas asignaturas con distintos profesores. Muchas asignaturas son cuatrimestrales y muchas son impartidas por más de un profesor/a. Esto dificulta la posibilidad por parte del profesorado de conocer al alumnado, lo cual considero negativo porque hay muchas personas con capacidad de superar de forma más o menos correcta las materias de forma aislada que, realmente, no son personas preparadas o con voluntad de asumir el trabajo de maestr@ con todo lo que ello implica, debe implicar o queremos que implique. Como posibles paliativos a esto sugiero dos medidas:
    * Una tutorización durante el proceso, durante los 4 años que ocupa el grado, por parte de algún profesor/a.
    * Una mayor coordinación entre el profesorado para hablar de los procesos de aprendizaje del alumnado.
    De esta forma no sólo se evaluaría cada asignatura de forma segregada sino que el profesorado junto con el tutor/a en cuestión evaluarían la globalidad del proceso, se reflexionaría colectivamente sobre las habilidades y capacidades de cada alumn@, su nivel de aprendizajes, etc y así se podría guiar mejor su aprendizaje, sugiriéndole las mejoras que consideren necesarias llevar a cabo.
    - Para los docentes con plaza se debería incentivar la formación continua, las iniciativas, los proyectos, el trabajo realizado, y no el mero paso del tiempo. Estoy radicalmente en contra de los trienios, sexenios, etc, pagas extras que se dan por el mero hecho de llevar más tiempo en el cuerpo docente. Creo que no es esto lo que se debe premiar, sino la calidad del tiempo invertido.
    Para llevar a cabo las reformas propuestas –tanto en la Universidad como en las escuelas- hay una condición básica: la reducción de horas de docencia. Para ofrecer una enseñanza de calidad, se requiere de formación por parte del profesorado y también de planificación de la práctica y reflexión sobre la práctica, algo que es imposible con la cantidad de horas de docencia actuales. En el marco actual, es relativamente normal que el profesorado se haya acomodado y haya actuado como mero ejecutor de aquello propuesto por las editoriales y no como profesional-pensante.
    - El papel de los sindicatos de enseñanza en cuanto al prestigio de la profesión docente es también, en cierto aspecto, nefasto. Normalmente, sus reivindicaciones son una reproducción de aquello que reclama un docente para sí mismo, para la mejora de sus condiciones laborales, pero no desde un punto de vista colectivo (para la transformación de la escuela y de la sociedad) sino desde un punto de vista individualista. Es ciertamente normal que cada persona busque sus intereses individuales pero un sindicato se debe preocupar de algo más. Se debe encargar de constituir un cuerpo profesional de docentes bien formado y con miras sociales que, en tanto que lo sea, será reconocido y, por lo tanto, podrá reclamar mejores derechos y condiciones, pero pensando sobre todo socialmente y no desde la individualidad. Necesitamos un cuerpo de profesionales docentes organizado y con voluntad transformadora, y no unos sindicatos dedicados a la supervivencia a través de actitudes reactivas frente a las decisiones de la Administración que, por no estar articuladas y no buscar los intereses colectivos, no consiguen la emancipación de estos profesionales, sometidos, sin otra opción, a las directrices de personas no profesionales en el ámbito.

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  62. Desde fines del siglo XX, el tema de la formación del profesorado constituye un excelente motivo para que docentes investigadores elaboren puntos de vista expresados en ponencias, artículos y libros. La abundancia del tratamiento se manifiesta en la proliferación diversa, múltiple y variada de las propuestas al respecto. En la mayoría de los casos, los criterios expuestos destacan qué debe saber el docente y cómo se debe desempeñar en el aula de clase. Eso significa apuntar hacia el cumplimiento de su labor formativa, pero escasean los estudios sobre por qué y para qué el docente ante las complicadas, adversas y nefastas realidades sociohistóricas del mundo contemporáneo. En efecto, parece que lo interesante de la formación es el privilegio de lo conceptual y lo instrumental, como la asignación de poca importancia a lo axiológico. Desde esta dirección, vale comentar que se está formando un profesional bajo propuestas curriculares más preocupadas por la formalidad de continuar entender el mundo vivido, fundar su labor en la renovación paradigmática y epistemológica, promover la transformación de su comunidad y desenvolverse en una formación en valores. Por tanto, resulta comprensible entender que se continúa el proceso formativo del docente con el apego a las orientaciones pedagógicas y didácticas promovidas por el positivismo. Al respecto, el currículo es fragmentado en un secuencia de asignaturas con conocimientos y prácticas propias de las disciplinas y centrados en teorías y muy limitadas actividades para ponerlos en práctica; el excesivo uso y abuso de la transmisión de contenidos programáticos, como poco aplicar estrategias promotoras de la participación activa y protagónica de los estudiantes al investigar su entorno inmediato; desviar la atención hacia el entendimiento de la complejidad del mundo vivido, al preservar una labor formativa limitada a las actividades del aula; asignar poca importancia al aprovechamiento de las noticias, informaciones y conocimientos divulgados en el ámbito de la “Explosión de la Información” que vive la “Sociedad del Conocimiento; poco utilizar los bondades pedagógicas y didáctica del desarrollo tecnológico; en otras palabras, la formación del profesorado amerita de una renovación que apuntale la investigación como la formar de intervenir los temas y problemáticas que en el mundo contemporáneo, pues ellos exigen una preparación profesional coherente y pertinente con las actuales enrevesadas circunstancias, dado el apremio de comprender interpretativamente la realidad desde posturas interdisciplinarias fundamentalmente.

    José Armando Santiago Rivera

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  63. Cuando se formulan posiciones frente a la cómo formar el profesorado, en la generalidad, se apunta a centrar el esfuerzo analítico sobre quien es el profesor, qué hace, cómo debería ser el profesor. En las reflexiones también se considera la importancia del currículo y sus repercusiones teóricas y metodológicas que facilitan la formación del profesorado; es decir, se trata el tema en función de la labor en la práctica escolar cotidiana y se descontextualiza del escenario de la época del mundo contemporáneo, de las realidades nacionales, regionales y locales. Cuando se acude al pasado, esta ha sido la orientación esencial de la formación docente; específicamente, educarlo para el cumplimiento de la labor que debe desarrollar en el aula: dar clase. Lo llamativo es que en el entorno inmediato donde habita, ocurren acontecimientos que poco son tomados en cuenta en el ejercicio de la docencia. Ese ámbito lugareño está inserto en la complejidad, caos y dinamismo acelerado que como rasgo de la época, generan alteraciones al conocimiento estable y absoluto que se transmite en el aula de clase. En consecuencia, una cosa es el conocimiento que facilita la escuela y otra cosa son las noticias, las informaciones y los conocimientos divulgados en la red electrónica y en los medios de comunicación social. Además, es evidente la contradicción entre los fundamentos del currículo y otra la experiencia de la cotidianidad del aula. Es indiscutible que la distancia entre la teoría curricular y las experiencias escolares ha promovido numerosos estudios, aunque todavía es un marcado ejemplo de lo reiterativo de la circunstancia. La discusión se torna crítica cuando se comparan los avances paradigmáticos y epistemológicos con el paradigma y la epistemología que se manifiesta en la práctica escolar. Ambas posturas evidencian una realidad preocupante que da la impresión que tan solo es temática de los investigadores, mientras los docentes le restan significativa importancia, al preservar su interés por los conocimientos y prácticas decimonónicas. En consecuencia, se impone llamar la atención en la formación del profesorado, pues aunque es un extraordinario recursos humano con capacidad para formar la nuevas generaciones, todavía privilegia los procesos de enseñanza y de aprendizaje tradicionales y en forma timorata aplica en reducidas oportunidades otras perspectivas para enseñar y aprender, aunque en la universidad ha sido formado cono fundamentos actualizados en educación, pedagogía, didáctica y evaluación.

    José Armando Santiago Rivera

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  64. Cuando se analiza la situación de la formación del profesorado, siempre es conveniente hacer referencia a los planteamientos históricos que curricularmente se han formulado al respecto. En el caso venezolano, la formación del docente en geografía e historia se inició en la década de los años cuarenta del siglo XX. Su antecedente fue un educador generalmente improvisado que acudió a los contenidos geográficos e históricos expuestos en los libros textos elaborados en Europa, como también las traducciones elaboradas para compensar el vacío bibliográfico existente en las instituciones escolares. De esta forma, la docencia fue libresca, sustentada en la transmisión de contenidos con el uso didáctico del dictado, la copia, el dibujo y el calcado. El aprendizaje por razones obvias fue la memorización. Explicar esta circunstancia implica reconocer que la finalidad fue enfatizar en la cultura general de los ciudadanos, aunque luego las críticas apuntaron a una labor formativa donde fueron ausentes los conocimientos y prácticas científicas. El propósito central del acto educante fue dar significativa importancia a las ciencias naturales y esquivar lo social. A mediados del siglo XX, en Venezuela, se manifestó la exigencia de una formación geográfica e histórica, dado el viraje estructural del país de lo agropecuario y lo rural hacia lo petrolero y lo urbano. En ese contexto, se invitó al geógrafo español Paulo Vila, quien proveniente de Colombia, creó el Departamento de Geografía e Historia en el Instituto Pedagógico Nacional. Su labor apuntó a dar el carácter científico a la enseñanza geográfica e histórica, como contrarrestar el preocupante efecto formativo de la memorización y la limitación de la actividad pedagógica y didáctica al aula de clase. Asimismo, propuso fundamentos teóricos y metodológicos apuntalados en la Geografía Posibilista francesa, debido a su condición de discípulo de Vidal de la Blache. Este hito histórico representó la presencia de un renovado planteamiento en la formación del docente, ahora con un nuevo enfoque más coherente con el desarrollo de la ciencia geográfica e histórica del momento histórico, donde el trabajo de campo fue la actividad formativa esencial, pues en su decir “La geografía entra por los pies”. Este aporte va en la dirección de considerar las explicaciones en las condiciones históricas en que ocurren, la puesta en práctica de las bases teóricas actualizadas, las concepciones renovadas de los promotores del cambio curricular y las necesidades formativas de los ciudadanos, entre otros aspectos. En consecuencia, vale preguntarse: ¿Por qué todavía la formación docente va en la dirección esencialmente teórica y obvia las necesidades de la práctica escolar cotidiana? Es decir, se limita a preparar para dar clase, cuando en el actual momento tan complejizado, se impone liberar las oportunidades para educar a los profesores, en función del desarrollo de la investigación y superar la formación que se dirige a educar hoy para enseñar mañana.

    Prof. José Armando Santiago Rivera

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  65. ¡Saludos! Me llamo Ángela Ruiz y soy alumna del Máster de Profesor de Educación Secundaria de la Universidad de Valencia en la especialidad de Historia. Recientemente he acabado el periodo de prácticas en centros escolares dentro de este Máster y quería compartir brevemente (desde mi corta experiencia) aquellas cosas en las que creo que debe de estar formado un buen profesor.
    En primer lugar, aquello que cariñosamente llamo control de masas. Con ello no me refiero solo a que haya cierto grado de paz y armonía en clase (sin la cual considero que no se puede hacer nada). Sino que también me refiero a saber tratar con aquellos alumnos que no quieren estar en clase, van obligados y, como consecuencia, su único objetivo es el de hacer lo que ellos quieran; ya sea jugar con el móvil, maquillarse o incordiar al resto de compañeros (y al profesor) al mantener esta actitud.
    En segundo lugar, un buen profesor ha de saber atender la diversidad que representa sus alumnos. Con ello no me refiero únicamente a aquellos alumnos con problemas de aprendizaje sino también a ser capaz de ponerse en su lugar y ver cuáles son las “putadas” que les podemos hacer como docentes (y que nosotros no somos conscientes de ello). Además, hemos de ser capaces de entablar una relación más allá de la formal (profesor-alumno) para que sepan que, en caso de necesitarlo, pueden acudir a nosotros para aquello que necesiten. De forma que vean que no somos el “enemigo” que ha venido a fastidiarle la vida X horas a la semana, sino que somos amigos (sin caer en el profesor-colega haciendo que el alumno pierda todo respeto por nosotros).
    En tercer lugar, hay que dominar el tema del que se habla. Aunque este punto pueda parecer obvio no lo es. Ya que cuando tras explicar cierto punto de la revolución rusa en bachillerato se me planteó una pregunta que hizo darme cuenta, y también fue evidente para los alumnos, que yo misma no tenía muy claro el punto. Por fortuna, en ese momento mi tutora acudió al rescate y pude salir de forma algo decente del paso.
    En cuarto, y último lugar, es necesario saber mantener motivados a los alumnos innovando en la medida en que sea posible. Innovación no solo entendida como el lanzamiento por la ventana de las clases magistrales o trabajar mediante proyectos o problemas. Sino innovar, quizás, usando una buena clase magistral (soy defensora de esta técnica siempre y cuando esté bien hecha). Además, enfocar el temario desde un punto de vista diferente al tradicional de la historia del estado-nación y situar al mismo nivel una historia política, económica, social, cultural y de género. Asimismo, combinar este tipo de explicación con variedad de recursos: fotografías, videos, fragmentos de series o películas, comics, extractos de libros, conectar eventos pasados con el presente, memes…
    Sin embargo, este último punto vendrá condicionado, en gran medida, por los recursos del centro. Ya que en mi centro de prácticas tenía un ordenador, un proyector y conexión a internet en todas clases (aunque la calidad de la conexión variaba dependiendo del día). Mientras tanto, una compañera no tenía ninguno de estos recursos dificultando la cantidad y el abanico de materiales de trabajo en clase.

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  66. ¡Hola! Me llamo María Pérez y soy alumna del MAES de Valencia de la especialidad de Historia. Tras acabar las prácticas, quisiera compartir con vosotros mi experiencia y sensaciones durante el periodo de las mismas.
    Asimismo, yo también quería aportar mi opinión sobre cuáles deberían de ser los cuatro o cinco aspectos que tiene que saber o tener en cuenta un profesor para poder llevar bien las clases. Por tanto, aprovecho la intervención de Ángela para reafirmar los cuatro principales aspectos que un buen docente debe de saber, y añadiría un quinto elemento que me parece crucial que es el de la evaluación.
    En primer lugar, es primordial tener el control del aula, y lo que eso conlleva, ya sea saber tratar con aquellos alumnos que no quieren estar en clase y que te generan problemas a la hora de impartir la materia, conflictos internos entre los alumnos, etc. Así pues, el control de la clase es esencial, ya que debemos de saber desde un principio qué criterios debemos poner en marcha para que se lleve a cabo esa guía como interlocutores, y eso se hace estableciendo desde un principio unas normas de clase, como por ejemplo dando turnos de palabra o explicando que cuando el profesor interviene todos tienen que estar en silencio.
    En segundo lugar, estoy de acuerdo en que un buen profesor ha de saber atender la diversidad que representa sus alumnos. Con ello no me refiero sólo a los alumnos que tienen problemas de aprendizaje, sino también a ser capaz de ponerse en su lugar y a empatizar con ellos, ya que se encuentran en una etapa complicada y son muy influenciables y sin quererlo, podemos llegar a afectar su autoestima y generarles daños irreversibles. Además, hemos de ser capaces de establecer una relación más allá del formal profesor-alumno para que sepan que, en caso de necesitarlo.

    En tercer lugar, es importante dominar el tema del que se va a hablar en el aula. Por tanto, debemos trabajar un tema desde las diferentes perspectivas y que al mismo tiempo sea un tema controvertido y de actualidad, para atraer al alumnado. Asimismo, tiene que ser un tema que después también nos sirva para debatir en clase entre todos y poder llegar a unas conclusiones generales que inciten al alumno a interactuar e interesarse más por dichos temas llegando a replantearse los problemas y a formar una opinión crítica.

    En cuarto lugar, es necesario saber motivar al alumnado innovando en la medida en que sea posible, ya que innovación no sólo se entiende en acabar con las clases magistrales, sino innovar y saber enfocar la clase de una manera distinta. Enfocar el temario desde un punto de vista diferente al tradicional y el combinar este tipo de explicación con variedad de recursos: ya sean textos, fotografías, videos, series o películas.
    Finalmente, añadiría un quinto aspecto a tener en cuenta que es el de la evaluación. El tema de la evaluación siempre ha traído confrontaciones y problemas, ya que es complicado evaluar al alumno. Por tanto, abogo por realizar un examen pero en el cual puedan aplicar y poner en práctica aquello que se ha impartido a lo largo del curso. Previamente se tendría que hacer un pequeño examen al comienzo del tema para saber desde qué punto comienzan los alumnos y qué conocimientos sobre el tema tienen, para luego ir viendo el progreso. Asimismo, luego una pequeña evaluación en la mitad del trascurso y luego, al final un examen global de la materia para comprobar que han adquirido correctamente todos los conocimientos. Pero, aparte del examen tradicional, pienso que tendría que haber una autoevaluación por parte tanto del alumno como del profesor, ya que esto es una cosa de dos, ambos aprendemos cosas el uno del otro, y siempre hay aspectos en los que se puede mejorar, y siempre es una forma diferente de hacer ver al alumno que también se tiene en cuenta su opinión y que todos podemos mejorar aspectos de nosotros mismos.

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  68. Nome: Francislaine Soledade Carniel
    Instituição de ensino: FFCLRP/USP
    Disciplina: Geografia e História escolar e suas didáticas: concepções e pesquisas. (Programa de Pós-Graduação em Educação)
    Ribeirão Preto/SP - Brasil.

    Em minha recém formação, tenho refletido sobre os conteúdos pedagógicos dos quais fui apresentada durante a minha graduação em História (licenciatura). O foco desde o início sempre foi os conteúdos específicos, que de fato são importantes, mas houve pouca preocupação no quesito "didática específica/pedagógica", o que refletiu consideravelmente na minha conduta docente.
    Ao meu ver, seria interesse que, ao trabalhar os conteúdos específicos, os docentes universitários estimulassem os alunos a preparação de materiais didáticos/planos de aula que pudessem ser trabalhados em sala de aula, pensando que os conteúdos de História e Geografia nos anos iniciais, por exemplo, precisam ser mais lúdicos e dialogar com o aluno, levando em conta suas especificidades, localidade e cotidiano.
    Penso que existe sim uma falta de organização universitária que não tem prezado na formação de qualidade do docente, seja por uma má elaboração da grade curricular que não preza a preparação docente, seja por que a educação universitária está cada vez mais sucateada (realidade brasileira) ou também pela falta de incentivo que os profissionais da educação passam.
    Além do mais, o papel do professor precisa ser repensado e reestruturado para que possamos lidar com as diversas situações de forma mais orgânica e humanizada.
    Pessoalmente, busco sempre me aprimorar em relação a minha formação. Digo que algumas das reflexões postadas aqui só foram possíveis pois busquei saber mais sobre, entretanto, isso está sendo viável pois tenho a disponibilidade e oportunidade de aprender mais. Mas, infelizmente no Brasil isso não é uma realidade, tendo em vista a falta de tempo hábil e incentivo que o professor tem para se aprimorar.

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  69. Juan Manuel Martínez Galera2 de enero de 2018, 2:10

    Soy Juan Manuel Martínez Galera, alumno del Master de Profesor de Educación Secundaria de la Universidad de Valencia. Desde la asignatura de "aprendizaje y enseñanza de la geografía e historia", no invita el profesor a participar de este foro sobre la formación del profesorado.

    En España ya llevamos varios años que el CAP (Certificado de Adaptación Pedagógica) se ha ampliado de 3 meses a un curso académico y convertido en Master, incrementando el coste del curso que acredita a un docente en Educación Secundaria y el tiempo.

    Lo primero que uno piensa cuando entra en el master, en su gran mayoría, es "¿por que han quitado el CAP?", si antes en unos meses ya tenias tu certificado, y ahora es un curso completo y con certificado de Master Universitario. Esto es quedarse en la superficie, por que una vez que empiezas las clases, y los profesores te comentan sus inquietudes y vivencias profesionales, te das cuenta de la necesidad de la formación de los docentes, pues muchos de los alumnos hemos estudiado una carrera e incluso hemos cursado otro Master, y al cursas el de Secundaria, vuelves la vista atrás, siendo alumno de instituto y de universidad y te das cuenta de los errores y los aciertos de tus profesores.

    Ser profesor no es meramente dar clase a los alumnos, es mucho más que eso, y por eso necesitamos la formación en otras disciplinas como es la psicología o las nuevas tecnologías, que no olvidemos que han llegado a nuestra sociedad, y han venido "para quedarse".

    Un día en clase, surgió el debate de los grados universitarios. En la facultad de geografía e historia desde antes de implantar el sistema de grados, ya se separó la carrera de geografía e historia en sus tres disciplinas: geografía, historia e historia del arte. Esto favorece al estudio de las disciplinas, pero quizás deberíamos coger el modelo de otras universidades, y unificar como antes en un grado geografia e historia para los profesionales que se quieren dedicar a la enseñanza de Ciencias Sociales. Es cierto que sería negativo para los que hemos cursado una carrera específica pero favorecería tener amplios conocimientos, pues los de historia del arte por ejemplo no tienen conocimientos de geografía y viceversa.

    Afortunadamente, con el Máster de Educación Secundaria, la formación para los docentes se amplía, y se imparten asignaturas como innovación docente, contextos educativos, etc... enfocado a la profesionalización del docente, nuevas tecnologías en ciencias sociales etc... Pero ¿tras el máster, continuaremos la formación?, estos grupos de innovación ¿dónde están?

    En ello trabajamos, en intentar que las aulas no sean meros contenedores de alumnos pasivos donde un profesor les suela "el rollo", sino formar ciudadanos, formar personas que piensen, para eso "sirven" las ciencias sociales. Formémonos como docentes, para llegar a las aulas y transmitir a los alumnos no solo los conceptos de la materia sino que creen sus propios argumentos, disfruten del conocimiento, y compartan sus inquietudes, guiados del profesor hacia una sociedad comprometida con su entorno.

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  70. Hola a todos. Soy Pilar Rochina Garzón, alumna del Máster de Formación al profesorado de Valencia, en la especialidad en Geografía e Historia.

    El profesor Xose Manuel Souto, profesor de la asignatura Aprendizaje y Enseñanza de la Geografía, fue quien nos habló de este foro y nos invitó a participar en él. Creo que esto puede ser muy enriquecedor para nosotros, dado que podemos compartir nuestras experiencias sobre el Máster y la visión que tenemos del mismo. A su vez, debido a que hay entradas de alumnos de años anteriores, también podemos comprobar si, a través de sus relatos, ha cambiado algo en el Máster.

    En mi opinión, creo que para formar a futuros docentes hace falta una formación, ya no solo de las materias que vamos a impartir, si no tener nociones básicas de psicología, pedagogía, sociología, estar al día de los avances en innovación que se dan, etc. Considero que el Máster, en teoría, si que tiene esos objetivos.

    Obviamente es muy positivo que salgamos del máster con esas nociones básicas, pero la realidad que vamos a ver en los centros es muy diferente a todo lo que nos hayan podido enseñar, y cuando empecemos el periodo de prácticas nos daremos cuenta. Creo que lo más importante es que tengamos la mente abierta y seamos conscientes que cada alumno, cada aula, cada centro, cada barrio, cada pueblo, cada ciudad, cada familia, cada profesor, etc. es diferente respecto a los demás. Por lo tanto, cuando tengamos que estar en un centro, hemos de lidiar con el contexto de cada alumno y cada centro, y la metodología que emplees con un alumno puede no ser útil para otro alumno. También hay que saber que vamos a estar trabajando con jóvenes de entre 12 a 18 años, que están en pleno cambio y que su forma de ser puede cambiar sin que nos demos cuenta, y hemos de estar preparados para estos cambios.

    Por otro lado, creo que es importante que como futuros profesores de Geografía e Historia, podamos hacer entender a los alumnos la complejidad del mundo actual y los grandes cambios que se están dando en la sociedad. A su vez, creo que las materias que vamos a enseñar, las debemos impartir inculcando valores como el respecto al medio, la tolerancia a aquello diferente, pero también intentar ser intransigentes con las injusticias como la violencia o las violaciones de derechos, y no pasarlas por alto. Es decir, con nuestras enseñanzas, intentar hacer que los alumnos se cuestionen las cosas que ocurren en nuestro día a día, y que sean capaces de tomar sus decisiones.

    En definitiva, aunque sea difícil, y ahora nos parezca muy complicado (a mí la primera), hemos de entender las particularidades de cada alumno y su contexto. Pero a su vez, como profesores de Ciencias Sociales que vamos a ser, hemos de intentar que el alumnado se convierta en un ciudadano crítico, capaz de respetar, pero también de denunciar aquello que considere incorrecto.

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  72. Hola, soy Josep Henares Pérez, alumno del Máster de Secundaria.

    Hoy en día, la formación del profesorado ha aumentado su importancia, ¿o quizás no? El hecho de que el CAP haya evolucionado en un máster que dura, aproximádamente un año, no significa que los profesores de las actuales generaciones estén mejor formados que los anteriores. La educación es un tema complejo y debe ser tratado como tal pero, a mi modo de ver ese trato es erróneo.

    En primer lugar, señalar que una formación teórica no sirve para nada. Lo que un futuro docente necesita es práctica y más práctica, además de aprender a través de un ejemplo docente que esté ejerciendo como tal. He encontrado, a lo largo de toda mi corta vida, a profesores excelentes y a otros que no lo son tanto. Esto quiere decir que un docente no necesita ninguna formación para serlo, sino que va puliéndose con la práctica.

    En segundo lugar y, aunque quizá resulte polémico, he encontrado muchas incongruencias en este máster. Se supone que te deben transmitir lo que significa ser un buen docente (o no). No obstante hay profesores que no cuentan la asistencia y que, si la cuentan, dicen que da igual que justifiques las faltas o no insistiendo en que ya somos mayores (prueba a no entregar el justificante de una falta en un trabajo, eso es ser irresponsable); otros que dan teoría de cosas que nada tienen que ver con la docencia; profesores que no vienen porque está haciendo otras cosas que serán más importantes, por supuesto, etc. He llegado a la conclusión de que, ciertos profesores que dan clases en el máster no se creen nada de la formación del profesorado pues, en mi opinión, si consideras que esto tiene la importancia que algunos parecen darle, no darías prioridad a dar congresos, ir a la universidad, etc.

    También decir que la organización es pésima: plazas que no están adjudicadas, profesores que no informan a sus alumnos de cuando van a faltar. Por supuesto hay profesores que no entran en estas críticas, pero por desgracia otros sí.

    Ya cierro con una pregunta con su respuesta. ¿Debería hacerse alguna formación para el profesorado? Sí. Y no sólo sí, un rotundo sí. Pero con prácticas durante todo el año (o, por supuesto, hacer un MIR) y, como mucho hacer el TFM obligatoriamente de una unidad didáctica para preparar las oposiciones. Quizá alguna conferencia sobre la ley actual de forma optativa pero las demás asignaturas eliminarlas. Quizá algunas puedan ser útiles y posiblemente alguna deba hacerse durante 2 o 3 meses (hasta antes de Navidad) pero nada más. Por supuesto, todo esto es la humilde opinión de un servidor que ha visto en este foro la oportunidad de expresar sus quejas. Seguramente esté equivocado, o quizá no que sé yo.

    Un saludo y excelente artículo, como siempre.

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  73. Hola. Soy Raúl López Castelló, alumno del Máster en Profesor de Educación Secundaria en la Universitat de València. Invitados a participar en el GeoForo por el profesor Xosé M. Souto, pienso que este constituye una herramienta muy útil para lograr su objetivo: un espacio de intercambio de opiniones y argumentos sobre la enseñanza de los distintos niveles educativos en los países iberoamericanos con el fin de estimular la reflexión y la mejora de las prácticas docentes.

    Al hilo de este foro (14), "¿Cómo formar al profesorado?: Una aproximación internacional", para mí es fundamental mostrar en la formación inicial del futuro docente, tal y como nuestro máster ha estado haciendo, cual es la representación social que se tiene acerca de lo que es enseñar geografía e historia, es decir, el punto de donde partimos. En mi opinión, esto constituye un punto de partida en la medida en que sólo con esta toma de consciencia se podrá impugnar el modelo tradicional que mayoritariamente incluye dicha representación social. Cabe considerar que el/la estudiante que accede a la formación inicial dispone de unos conocimientos mayoritariamente sesgados acerca de lo que significa ser docente, pues estos se encuentran determinados por sus propias experiencias escolares (Montané-López, 2017: 91; López Facal, 2010: 75-76). Así, hay que trabajar sobre esta visión para modificarla. En este sentido, no es cierto que, como comúnmente se piensa, “cada maestrillo ‘tenga’ su librillo”, pues, existen tres grandes concepciones metodológicas acerca del proceso de enseñanza-aprendizaje de la Geografía y la Historia (definidas por el papel que otorgan al alumnado, al profesor y a los contenidos):
    -Una de carácter positivista que identifica el saber en la academia por lo que el profesorado sólo tendría que trasladarlo a un alumnado pasivo.
    -Una de carácter práctico donde el alumnado sería quien descubre, aprende por sí mismo y el profesorado sólo le acompaña.
    -Una de carácter crítico donde el profesorado interviene en el proceso de enseñanza-aprendizaje, consciente, eso sí, de que la responsabilidad última en el aprendizaje es del alumnado, a quien, por lo tanto, le otorga un papel activo.

    Siendo consciente de esta realidad, el/la futuro/a docente ya puede y debe elegir qué modelo quiere adoptar. Aquí uno/a es libre, pero sobre todo, debería ser consecuente con su decisión, es decir, estar convencido/a fundadamente de que la opción elegida es la mejor para la enseñanza-aprendizaje de sus alumnos/as. En este caso, el Máster nos define dichos modelos, sus debilidades (en el primero, las únicas) y sus potencialidades, con lo que el/la futuro/a docente dispone de unas bases teóricas sólidas con las que sustentar su decisión (que complementará con el período de prácticas y las posibles dificultades que entrañe la aplicación real de la metodología escogida).
    PARTE 1/3
    Raúl López Castelló

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  74. Raúl López Castelló (PARTE 2/3)
    Si nos fijamos, todo lo dicho hasta aquí, aunque enmarcado legalmente por las diferentes leyes educativas, no se basa directamente en la normativa legal, sino en la actitud del profesorado. Con esto, la importancia que constituye formar a los/las futuros/as profesores/as de Secundaria toma un plano central, pues, lejos de lo que comúnmente se suele pensar, la innovación que introduzca las mejoras que nuestro sistema educativo necesita reside más en la actitud, el conocimiento y la capacidad del profesorado (para abordar determinados problemas en el aula o plantear las actividades oportunas para dicho fin) que en la normativa legal.

    No hace falta incidir en la inadecuada visión acerca de la profesión docente (más en nuestra especialidad) según la cual bastaría con conocimientos disciplinares para llegar ser un buen profesor. Visión, por otro lado, que conectaría con la primera concepción metodológica anteriormente enunciada: el saber está en la universidad, lo único que tendríamos que hacer sería “adaptarlo” y transmitirlo. Todo lo contrario, la formación psico-pedagógica se hace indispensable para complementar de forma integral con los conocimientos disciplinares. Sólo con dicha integración a favor de conseguir un aprendizaje significativo podemos conseguir que nuestra labor como docentes sirva a un (al) objetivo fundamental de la educación: la emancipación del alumnado, alejándolos del conocimiento dogmático y anticuado, logrando la formación de ciudadanos críticos y participativos. Objetivo este que requiere de trabajo conjunto y constante (Souto González, 2014: 36).
    PARTE 2/3
    Raúl López Castelló

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  75. Raúl López Castelló (PARTE 3/3)

    Con todo, se hace necesario una reflexión des de la teoría sobre la práctica para introducir mejoras en el proceso de enseñanza-aprendizaje (praxis). Está sería la norma que guía la investigación y rige la innovación dentro de dicho proceso. Del mismo modo, esta debe ser la mejor formación profesional docente: aquella que emana de los problemas prácticos de la comunicación escolar (ya sea en el aula, en la comunidad educativa o en el debate público) y que precisa del sostén teórico de diferentes instituciones (como la Universidad) para convertir una inquietud individual en un punto de partida para mejorar de forma colectiva, derivando todo esto en el consecuente beneficio del principal actor de este juego: el alumnado (Souto González, 2014: 47). Cabe destacar, tal y como se señaló en el debate posterior a la conferencia de Emilia Tonda y Rafael Sebastiá (“La Geografia escolar que s’investiga acadèmicament”) enmarcada en el II Seminario Internacional “Repensar la Didàctica de les Ciències Socials. Impugnant el model canònic de l’ensenyament de la Geografia i la Història des de la diversitat sociocultural” (celebrado en la Facultat de Magisteri de la Universitat de València del 04/12/2017 al 05/12/2017), la necesidad de una mayor integración Universidad-Secundaria (también Primaria) para que las investigaciones realizadas en pro de una mejora en el proceso de enseñanza-aprendizaje tengan una incidencia más real que utópica.

    A tan sólo unos días de empezar las prácticas en los centros educativos, es hora de incidir en este plano práctico para comprobar y reflexionar las hipótesis de partida y extraer las conclusiones oportunas.

    Un saludo.
    Raúl López Castelló

    Bibliografía:

    LÓPEZ FACAL, Ramón. (2010). “Didáctica para profesorado en formación: ¿Por qué hay que aprender a enseñar ciencias sociales?”, Íber. Didáctica de las Ciencias Sociales, Geografía e Historia, 65, 75-82.

    MONTANÉ-LÓPEZ, Alejandra. (2017). “Reseña de: Francisco Imbernón (2017). Ser docente en una sociedad compleja. La difícil tarea de enseñar”. REIRE Revista d’Innovació i Recerca en Educació, 10 (2), 89-92.

    SOUTO GONZÁLEZ, Xosé M. (2014). “Formación del profesorado y didácticas específicas en la Educación Básica”. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 17 (1), 33-56.

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  76. Hola a todos. Soy Paula Caravella, alumna del Máster de Profesor de Secundaria en la Universidad de Valencia.
    Estoy ahora mismo en las prácticas del máster y quisiera que mi aportación reflejara lo que he aprendido en esta etapa que considero más que vital a la hora de formarme adecuadamente para mi futura profesión. Estamos en un momento en que motivar a los alumnos es francamente complicado; realmente les conquistas por la forma en que te aproximas a los contenidos y no tanto por las técnicas que utilices, sean propuestas por ordenador, vídeos o proyectos de investigación. Personalmente sólo he conseguido una motivación casi del 100% ha sido en dinámicas que les han convertido en verdaderos protagonistas de aquello que estábamos trabajando. Esto nos acerca a la primera de las cuestiones, “¿qué tipo de profesor necesitan nuestros alumnos? A raíz de esta experiencia, yo diría que necesitan a alguien que les pase de ser meros observadores de la historia y la geografía a participantes directos. Estuvimos viendo en la clase con el profesor Souto cómo se podía enfocar la geografía desde los espacios conocidos de los alumnos para acercarles la realidad global a conceptos y situaciones que pueden identificar como propias. Nuestra labor como profesores está en convertir el mundo que les rodea en el escenario en el que ellos se pueden desarrollar y tomar conciencia de su propia labor como ciudadanos.
    Creo que cualquier persona que esté relacionada con el mundo de la educación y haya ejercido en un presente más o menos reciente me dará la razón en ello. ¿Cuál es entonces el problema si la base teórica la conocemos? Que realmente los alumnos son un mundo muy complejo de descubrir. Todos y cada uno de ellos tienen unas circunstancias diferentes que van a condicionar la forma en que reciben lo que les contamos. No es un problema de formación. Daría igual, bajo mi punto de vista, que estuviéramos haciendo prácticas un par de meses o un par de años, como quieren proponer con el “MIR educativo”. Al final es la experiencia del día a día lo que asegura que puedas desarrollar de forma más inclusiva el temario propuesto; y por supuesto, teniendo en cuenta que lo que ha servido para un curso no sirve para otro por las circunstancias personales anteriormente mencionadas.
    La mejor forma de nutrir a los profesores de técnicas para acercarse a los alumnos de forma más provechosa a la hora de hacerse con la atención e interés de éstos está en la puesta en práctica de lo que mejor conocen: la pasión. Estamos ante una profesión que se tiene que vivir, que tienes que disfrutar con ella. Hay que querer transmitir todo lo que se conoce para hacer de ello un elemento útil en la mente de los alumnos, para que quede constancia de las palabras que hemos dirigido a ellos. La pasión combinada con tecnologías que nos sirvan de canalizador hacia unas generaciones, que cada vez están más inmersas en una dinámica rápida y visual, son las principales mejoras que hay que implementar. No estamos ante un momento fácil para la educación. En España hemos tenido demasiados cambios legales y eso agota; además, para los profesores que han tenido su formación en décadas anteriores la inclusión de cambios en las metodologías se resiste en porcentajes muy altos por lo que es fácil ver, especialmente desde Secundaria en adelante, cómo los profesores abusan de la clase magistral como principal metodología. (+)

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  77. Es fácil entender que la apatía llame a la puerta de muchos profesores. No todos están dispuestos a renovarse o a incorporar cambios metodológicos; no obstante, está en aquellos que aún creemos en la innovación de las formas docentes el demostrar que es posible, que se puede hacer de la mayoría de los estudiantes ciudadanos de provecho. Desde mi corta experiencia de las prácticas, que apenas llegan a dos meses, me he podido percatar de la diferencia que se aprecia en la actitud de los alumnos frente a una clase magistral donde la dinámica es siempre la misma y frente a una clase donde las dinámicas van cambiando, que mantiene su actividad cognitiva mucho más tiempo en alza lo que les posiciona en una actitud mucho más receptiva. Todo es, desde luego, hablando desde la perspectiva de los cambios que puede llevar a cabo el propio profesorado para mejorar. Hay factores contra los que no tenemos nada que hacer puesto que son ajenos a nosotros mismos. La sociedad misma tiene una gran parte de culpa en la situación actual en la educación.
    En cuanto a la formación propia de los profesores, tengo que reconocer que un periodo más largo de prácticas sería mucho mejor porque es realmente el momento en que pones en práctica todo lo que has ido aprendiendo tanto en el máster como en tu formación personal. Una posibilidad podría ser tener clases teóricas un par de horas y pasar el resto de la mañana aplicando lo que se ha aprendido. Tendrían que ser en el propio centro, pero las ventajas de una puesta en práctica casi inmediata facilitarían en gran medida tanto la asimilación de conceptos de psicología como la creación de herramientas propias para el desarrollo de las diferentes lecciones. El problema radica, llegados a este punto, en que no todos los profesores de instituto están dispuestos a aceptar esa carga docente por lo que tendría una limitada aplicación. Requeriría, por tanto, un mayor compromiso por parte del cuerpo docente.

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  78. Buenas, me gustaría exponer aquí algunas ideas sobre las que llevo tiempo reflexionando y que finalmente se convertirá en mi tema para el TFM del Máster de Investigaciones Didácticas de la Universitat de València, en su especialidad en Ciencias Sociales.

    Las expongo aquí de manera indiciaria, buscando que vuestros comentarios me puedan servir de orientación. Estoy seguro que las personas que han participado hasta ahora en el foro tendrán una opinión al respecto, aunque me ha sorprendido las pocas menciones realizadas a lo largo del foro.

    La idea principal es la importancia que tiene el examen de oposiciones (el medio para acceder a la función docente aquí en el Estado español) en la formación del profesorado y, por consecuente, en su práctica docente posterior. Considero que es de una importancia capital, ya que la preparación para el examen de oposición (un año en el mejor de los casos) supone uno de los picos de mayor intensidad en la formación del profesorado, más allá de la carrera y el máster de profesorado.

    Es una experiencia que he vivido recientemente y que compaginé con la función docente. Durante todo este proceso, como imagino que le habrá pasado a muchos otros, me preguntaba continuamente por qué tenía que estudiar esto, y por qué así. Me cabreaba que las energías que me absorbía el proceso de oposiciones no tuvieran resultados sobre mi práctica docente, cuando se suponía que me preparaba para ser docente. Veía que el currículum oculto del proceso de oposiciones traicionaban todo lo que quería ser como profesor.

    Es por eso que me planteo las siguientes críticas en torno al método de acceso del profesorado a la función docente aquí:

    - El proceso de oposición captura la iniciativa y energías de los centros educativos al mantener a buena parte de su plantilla (dependiendo los casos y las épocas) ocupada en la preparación del mismo.
    - El proceso de oposición genera frustración entre el profesorado en activo sin plaza (interinos/as).
    - El proceso de oposición fomenta la competitividad entre el profesorado, un impedimento más a la creación de las distintas formas de colaboración tan necesarias.
    - Las aptitudes necesarias para superar el examen de oposición no se corresponden con las de un profesorado competente.
    - El examen de oposición, en sus distintas etapas, no evalúa correctamente las competencias de pensamiento histórico (y por tanto no las incentiva) que sería deseable que nosotros fomentáramos en el alumnado.
    - El proceso de oposición no es capaz de captar el talento personal.

    En definitiva, considero que el sistema para dar acceso al profesorado, además de garantizar la justicia e igualdad de garantías, debería también ser un proceso capacitador, y no un proceso contradictorio con los deseos de cambio de las leyes educativas. Sería una cuestión para tratar a parte las críticas a la cuestiones funcionales, relacionadas con la (mala) organización y la burocracia del proceso.

    Me pregunto: ¿qué tipo de profesorado fomenta este proceso de evaluación? ¿Qué influencia tiene en la formación del profesorado? ¿Y en su práctica docente? ¿Qué influencia tiene este proceso en la representación social que tiene el profesorado de su materia? ¿Qué alternativas tenemos?

    Mateo Martínez

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